Noche de Reyes o lo que quieran llega al Teatro Victoria con un ejercicio que recupera formas originales del teatro isabelino. El proyecto, dirigido por César Salazar, revive códigos de actuación, vestuario, traducción y escenografía que permiten observar una comedia de Shakespeare desde una reconstrucción cercana al año 1600.
“Esta es una comedia de Shakespeare que se piensa se estrenó aproximadamente en el año 1600”, explica. “En inglés se llama Twelfth Night. Entre el 25 de diciembre y el 6 de enero hay 12 noches. Por eso en español se traduce como Noche de Reyes o noche de Epifanía, y Shakespeare solía tener un subtítulo. En inglés es or what you will, que se traduce como o lo que quieran”.
¿De qué tratará la obra?
La comedia sigue a Viola y Sebastián, hermanos gemelos que naufragan en Iliria. Ambos sobreviven, quedan separados y creen que el otro murió. Viola decide protegerse disfrazándose de hombre bajo el nombre de Cesario e ingresa al servicio del duque Orsino, encargado de enviarle mensajes de amor a Olivia.
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La condesa, en luto, evita recibir a cualquiera hasta que Cesario llega a su puerta. Ese enredo coincide con Andrés de Secorrostro, noble que corteja a Olivia creyendo que su posición basta para ganar terreno. La confusión crece con el regreso inesperado de Sebastián, lo que genera duelos, malentendidos y giros que se resuelven al final de la pieza.
¿Por qué eligió retratar esta obra en específico?
Salazar eligió montar esta comedia por su relevancia dentro del repertorio shakesperiano y por el reto que implica reconstruir un montaje histórico. “Me parecía interesante montar una obra que no sea tan conocida como Hamlet o Macbeth”, dice. La versión en la que se basa surge de un trabajo en Londres a inicios de los años 2000 durante la reconstrucción del Teatro del Globo, liderado por Mark Rylance, quien investigó cómo pudo haber sido un estreno isabelino. Salazar retoma esa línea. “Es lo más aproximado históricamente a lo que pudo haber sido el teatro de esa época”, afirma.
Esa decisión determina el elenco y la estética general. Todos los papeles están interpretados por hombres, siguiendo la regla de aquel período. Tres de los nueve actores asumen roles femeninos.
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El vestuario fue construido por un equipo que replicó prendas del Renacimiento y del temprano Barroco. “El concepto de vestuario mismo no existía en el Renacimiento. Se compraba ropa y eso se usaba”, recuerda el director. El maquillaje mantiene el blanco que las mujeres aplicaban para proyectar juventud, sin materiales dañinos. Cinco personajes llevan esa capa pálida, incluidos los gemelos y quienes encarnan a Olivia y Viola.
La traducción se trabajó con dos versiones: la de Jaime Clark, del siglo XIX, y la de Piedad Bonet. “No quería perder la musicalidad del siglo XIX, pero tampoco podía montar toda la obra así”, señala. Para resolverlo, optó por alternar lenguajes, cuando un personaje está enamorado usa el registro decimonónico; el resto se expresa desde la versión contemporánea. La pieza original dura más de tres horas, por lo que la adaptación queda en dos.
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El rol del reparto y la vida en los ensayos
El elenco reúne a intérpretes con trayectorias diversas y presencia constante en la escena local. Alfredo Espinosa asume el rol de Olivia y Javier Taco encarna a Viola/Cesario. A ellos se suman Pablo Aguirre, Juan Pablo Acosta, Javier Campaña, José Miguel Sandoval, Gonzalo Nuñez Caviedes, Andrés Oviedo, Isaac Montoya y César Salazar.
Se trata de un grupo masculino, en sintonía con la lógica del montaje histórico y con las reglas escénicas del período isabelino.
El proceso de ensayos tomó cinco o seis meses. Andrés Oviedo interpreta a Andrés de Secorrostro y profundiza en su rol: “Básicamente este personaje cree que todo lo puede conseguir con dinero. No tiene mucho intelecto y es bastante torpe, pero siempre quiere salirse con la suya”.
Sobre el trabajo diario, explica desde su perspectiva que “El texto es un poco convencional a lo que realmente uno como actor está acostumbrado. Ha sido un reto. Creo que todos hemos estado cien por ciento comprometidos a poder acercarnos lo más que se pueda a la obra original”.
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El director coincide en la complejidad. “Ha sido difícil encontrar el horario, el día para ensayar. Tratar de buscar un equilibrio es el reto más grande: entre la comedia, el drama, lo retórico del lenguaje, que se entienda la acción, que el público se entretenga y que se mantenga esta aproximación histórica”.
El proyecto es independiente y autofinanciado. “De la taquilla se pagan los honorarios de los actores”, explica Salazar. El equipo planea una segunda temporada en Quito y, después, aplicar a festivales y trabajar con colegios. “El afán en última instancia es pedagógico. Es un acercamiento al teatro de esa época y a entender los orígenes del teatro moderno”.
Funciones en el Teatro Victoria
La obra se presentará el sábado 13 y el sábado 20 de diciembre a las 20:00; y el domingo 14 y el domingo 21 de diciembre a las 16:00.
Entradas y localidades:
Butacas laterales: $ 12
Butacas centrales: $ 15
Las entradas están disponibles en teatrovictoriaecuador.com y en la boletería física del Teatro Victoria. (E)





