Ellos saben que el público femenino es el más entusiasta en sus conciertos y es el responsable de que, en más de un hogar latinoamericano, sus canciones se hayan transmitido de generación en generación: de madres a hijas, de tías a sobrinas, de abuelas a nietas.
Así que los hermanos Lucía y Joaquín Galán (más conocidos como Pimpinela) han preparado una celebración muy íntima para las madres ecuatorianas en su mes en retribución por haberlos acompañado durante décadas. El dúo se presentará este jueves 4 de mayo en el Centro de Convenciones de Guayaquil, a partir de las 20:00.
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“El público femenino, desde que comenzamos hace 40 años, sobre todo en la década del ochenta, las historias iban mucho más dirigidas a la mujer hispana y latina que atravesaba una situación compleja, en cuanto a distintas situaciones laborales, sociales, culturales, matrimoniales, haciendo un papel más sumiso, aunque no todas, claro”, recordó Lucía Galán vía Zoom para este Diario. “Y el personaje que Joaquín me creó para las canciones era lo contrario, era la mujer que se plantaba y le ponía punto final a todas estas cuestiones que le parecían injustas”.
Como regalo especial para el público de la Perla del Pacífico, Pimpinela interpretará por primera vez en vivo durante el concierto el tema Lloro, su ultimo sencillo lanzado a nivel mundial el pasado viernes 28 de abril y que es la continuación de la trama de Cuando lo veo.
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Este Diario conversó con los hermanos sobre su próxima visita a Guayaquil y por cumplir 40 años de trayectoria musical.
¿Qué anécdotas o sentimientos conservan de nuestro país?
Joaquín: Lo que más nos sorprende del público de Ecuador es cómo recuerdan las canciones, la lealtad, la participación y lo románticas que son las ecuatorianas. No te puedo contar una anécdota en particular, pero sí que en cada país sentimos ciertos rasgos y en Ecuador está ese romanticismo de la mujer, tan especial y esa lealtad por la que, a pesar de tanto tiempo, siguen estando junto a nosotros.
Al ser un concierto por el Día de la Madre, cobra mayor relevancia la interpretación del tema Siempre vivirás dentro de mí (dedicado a su madre), ¿qué pueden comentar?
Joaquín: Son canciones que uno hace simplemente escribiendo lo que siente. Ahí no hay que pensar ni inventar ni planear nada. Siempre vivirás dentro de mí es el homenaje a nuestra madre, quien falleció el 12 de enero del 2020, y que además fue nuestra mentora del dúo, la que descubrió en nosotros, con su mirada y con amor, la vocación que teníamos y quien nos animó a que cantemos juntos. Así que es una canción que significa mucho, a veces en vivo son difíciles estas canciones porque la emoción tiene que estar equilibrada o no podríamos cantar, pero va a ser muy emocionante cantarla para las madres en Ecuador.
¿Y de qué se tratará Lloro?
Lucía: Hubo una canción el año pasado que se llama Cuando lo veo, que es una historia de amor de una mujer adulta con un hombre 20 años más joven y sobre todo lo que eso implica a nivel de prejuicio social, miedos personales, dudas, cuestionamientos (...). Pero esta mujer se permite tener esta relación y Lloro es la continuación de esta historia de amor, que es como una especie de miniserie de dos capítulos.
La parte teatral de sus conciertos es la chispa que enciende sus puestas en escena, ¿esto se les dio natural?
Joaquín: Eso fue una consecuencia de nuestras vocaciones. La mía por componer y Lucía por el teatro. Pero cuando comenzamos a cantar juntos, de forma casual y sin pretenderlo, descubrimos estas canciones dialogadas y teatralizadas, a jugar un poco con las canciones que yo iba componiendo y que Lucía iba interpretando con ademanes y gestos. Allí nos dimos cuenta de que teníamos algo que nos identificaba y que al mismo tiempo nos divertía.
¿Alguna vez pensaron tomar rumbos distintos?
Lucía: La relación de hermanos creo que es la más importante, lo que ponemos como prioridad frente a la profesional. Los dos tenemos la misma vocación, la misma pasión por nuestro trabajo, por lo que hacemos, nos sigue gustando y atrapando como el primer día. Ese contacto con la gente, las giras, así que todo sigue igual. Después viene el aprender a relacionarse, es aprender a aceptar las diferencias uno del otro, aprender que quizás crecemos personalmente de distintas maneras, pero lo que nos une, lo más importante, es la familia.