En el 2001 escuchamos por primera vez al grupo argentino Miranda. De esos primeros temas y de la agrupación original, Ale Sergi y Juliana Gattas son los talentos y voces que durante más de 20 años han mantenido a una audiencia cautiva con la propuesta musical que fusiona en sus creaciones pop, electropop, indie y rock.
Esta noche, rodeados de un centenar de asistentes, uno de los salones del Centro de Convenciones de Guayaquil fue el escenario para la presentación que ofrecieron como parte de su gira Hotel Miranda, que debe su nombre a la novena producción discográfica del dueto, trabajo que ha cumplido su objetivo: llegar a nuevas generaciones, precisamente la mayoría del público que llenó las localidades del concierto que -a diferencia de otros shows, se desarrolló en una tarima de menores dimensiones.
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Escucharlos en vivo generó entre los fanáticos -que oían sus canciones en las estaciones de radio y quienes las reproducen ahora en plataformas digitales- la misma sensación: emoción desmedida, lágrimas de felicidad y gritos sin control.
A las 21:09, cuando ya se coreaba de forma tímida entre la concurrencia el coro de Ya lo sabía, fueron las siluetas de Sergi, de 51 años, y Gattas, de 45, las que levantaron a todos de sus sillas. Parecía que el tiempo alejado de los escenarios físicos en Ecuador no hubiera existido. La euforia por verlos en vivo fue inédita.
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No necesitaron presentarse, ni hablar en intermedios con el público. Fueron directos. Sus canciones fueron el único mensaje con el que querían reconectarse con sus seguidores. Con un guitarrista y una baterista, Miranda no quiso desperdiciar su tiempo en escena. Vestidos de negro total y agregándoles color a sus vestuarios con chaquetas fucsias que fueron cambiando a lo largo de su presentación, arrancaron con Por amar al amor, 743, Nadie como tú y Puro talento.
Entre canción y canción, Sergi y Gattas aprovechaban para cambiar sus chaquetas. El vestuario estaba colgado en perchas al costado posterior de cada uno de ellos con espejos, a manera de ambientación del escenario.
Tu misterioso alguien, Fantasmas, Traición, Prisionero (ft. Cristian Castro), Tu misterioso alguien siguieron en el repertorio que esta noche ofrecieron los artistas. Cantaron y bailaron con una energía y vitalidad contagiante. Ellos eran los protagonistas de la fiesta musical que congregaba a la audiencia que, entre carteles con mensajes de cariño, solicitudes de firmas de autógrafos y diversas peticiones gritó, bailó, vibró, dejando por una hora y media aproximadamente las preocupaciones.
Una de las afortunadas de la noche fue la manabita Karyn Castro, quien logró captar la atención de la vocalista con su letrero “Miranda!, hazme un tatto!”. Ella tomó su cartel y dibujó un ojo con la inicial del grupo. La fanática viajó desde Portoviejo acompañada de su hermana Kelly para asistir al show.
Las versiones de los éxitos que interpretaron fueron las que forman parte del álbum Hotel Miranda, disco con el que celebraban sus dos décadas de música y en el que invitaron a artistas de diversos géneros.
Por ello, en cada canción, la pantalla central del escenario mostraba a los cantantes con los que regrabaron cada uno de los temas. Don, Uno los dos (ft. Emilia), Yo te diré (ft. Lali), Enamorada (ft. Francisca Valenzuela), Perfecta (ft. María Becerra y FMK), Dos (ft. Dillom), Mentía (ft. Chano) aparecieron en video también en el show. Un concierto lleno de buena vibra, músicos entregados sinceramente en escena y un público recíproco al amor que Miranda trajo desde Argentina para sus fanes en Ecuador, que al grito unísono de “una más” convenció al dúo de retornar para una última canción antes de partir. (O)