A Macario Martínez (macariomartinez_) lo encuentran en la calle, concretamente en el Paseo de la Reforma de Ciudad de México, trabajando. Está con su cuadrilla de recolección de basura, vestido con el traje neón reglamentario. Va con un bote de basura y una escoba de ramas. Sus compañeras ven las cámaras y anuncian que ellas serán sus guardaespaldas, mánager y bailarinas.
Saliendo de allí, Macario va a buscar su guitarra, con la que se ha convertido en un fenómeno de las redes sociales por su canción Sueña lindo, corazón.
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Él la describe como un proyecto musical “huapango rock-folk emocional”, nacido de una relación especial, al que le agregó “mucha influencia” del son jarocho, uno de sus géneros favoritos.
Antes que las plataformas de música, Macario conquistó las redes con un video filmado en el camión de la basura, uniformado y haciendo el recorrido nocturno. Lo subió con la frase “La vida vida pide mucho y yo nomás soy un barrendero que quiere que escuches su música”.
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Estaba pensando en sí mismo pero también en muchos otros jóvenes músicos que tienen trabajos comunes para sostener sus proyectos artísticos.
Admite que le daba miedo revelar cuál era su empleo, pero se atrevió. Subió el video y se fue a dormir. “Para el siguiente día ya había muchas reproducciones y mucha gente conociendo mi música por primera vez”. Así que recomienda a otros creadores: “No tengan miedo de salir a la luz”.
Empezó a tocar la guitarra a los 8 años (ahora tiene 23), y en cuanto pudo se fue a los conciertos como fotógrafo, especialmente cuando tocaban sus amigos. Ellos lo alentaron a sacar su propia música cuanto antes.
Sin ninguna vergüenza, excepto tal vez por tener las manos sucias frente a la cámara, Macario le explica al creador de contenido Luis Aceves que ser recolector de basura en la capital mexicana fue una decisión consciente. Dejó su trabajo anterior porque quería estudiar. Pero tampoco pudo seguir estudiando. “Me quedé sin la universidad y sin el trabajo”. Entonces aplicó al servicio de limpieza.
“Equilibrio el trabajo con la música, busqué un trabajo que me permita tener las tardes libres para poder ensayar con mis amigos, ir a shows, conocer bandas".
Está tranquilo, pero no lo tiene fácil. “Sacrificas mucho tus horas de sueño, a veces llego corriendo, dos minutos antes de la hora de entrada (al trabajo) o dos minutos después”.
La música, dice, es su forma de hacer terapia y canalizar sus sentimientos. Lleva dos años trabajando en un disco y promete que en las próximas semanas ya habrá material para compartir. Sentía que se estaba atrasando mucho, pero ahora entiende la razón. “Es el momento perfecto de que salga a la luz”.
Ya tiene casa discográfica y estudio, y un nuevo tema grabado, Nuestra casa en el mar.
Además, sus presentaciones van ganando peso: tuvo su primer concierto acústico en el monumento Estela de Luz el 14 de febrero, y hoy estará en el Festival Iberoamericano de Cultura Musical Vive Latino, en el estadio GNP Seguros. Recientemente alcanzó la portada en la categoría pop-folk de Spotify México. Y el 4, 5 y 6 de abril se expondrá ante miles de personas en el Festival Tecate P’al Norte, en Monterrey. (E)