Que muchos jóvenes escuchan reguetón y otros géneros urbanos es una realidad. Es el ritmo del momento, el que los hace despegar los pies del suelo y menearse, y el que hasta los divierte con sus dobles sentidos o las situaciones jocosas que cuenta. También es una realidad que a muchos les preocupan sus letras, aunque a otros puede que no les parezca algo realmente grave.