Ser auténtico en medio de una industria que trata -por lo general- de encasillarte en tendencias es un acto de valentía. Mirella Cesa se atreve -una vez más- a salirse del molde. Su reciente sencillo titulado Para encajar es una declaración de quien ha elegido el camino más difícil, pero también el más genuino. Porque si algo ha definido la carrera de la guayaquileña es su capacidad de seguir siendo ella misma, aunque esa decisión se refleje en cerrar muchas puertas.
La cantautora guayaquileña, conocida también como la madre del andipop, lleva casi dos décadas construyendo un estilo propio que combina fuerza melódica del pop con los colores del folclore andino, tejido por su inseparable charango, zampoñas y letras que atraviesan. Un género que, aunque no nació con nombre, se forjó con identidad. Y ese sello tiene su voz.
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Para encajar nace de la vivencia que deja la presión de ‘gustar a todos’, de moldearse para cumplir con expectativas externas, de la tentación de diluirse para lograr más clics. Pero también es un canto de liberación.
“En el momento que me di cuenta de que estaba empezando a tener muchos limitantes en diferentes aspectos, por querer pertenecer a algo en lo que yo no encajaba, entonces, al final del día uno tiene que ser consecuente con lo que uno ama, con lo que uno es, con lo que te hace feliz. A veces, por obligación o presión social terminas haciendo algo que no quieres, lo mismo con las redes sociales, y no es así. La belleza del ser humano es la individualidad”, menciona la artista sobre el origen de este sencillo.
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Cesa, ganadora de la Gaviota de Plata en la competencia internacional del festival Viña del Mar, asegura que mantenerse fiel a su propuesta artística es un acto de amor y de fe. “Dios tiene un propósito, mi música es un canal para difundir un buen mensaje y es lo que yo quiero hacer a través de cada una de mis canciones. Que la gente pueda disfrutar en familia, de momentos chéveres, de compartir, que te deje pensando en la letra al final del día es mi misión personal”, recalca.
Videoclip
En tiempos de algoritmos y filtros, Mirella sigue cantando lo que le nace del corazón. Por ello, en el audiovisual que acompaña su estreno, ella retrata la cotidianidad y la calidez de los habitantes de las playas del país.
La producción -a cargo de Cesa- se filmó en Montañita y Olón y tiene como pieza central al ‘gusanito’, el clásico y colorido transporte de ferias y pueblos que se convierte en una metáfora del viaje de la vida. “Si bien es cierto el video lo grabamos en Montañita, que es un lugar de mucha fiesta y de mucha farra, nos enfocamos en la familia, lo que se vive en el feriado, compartir con amigos, y el gusanito simboliza más allá de ese ícono que nos remonta a la infancia, al tren de la vida que pasa muy rápido y en el que tú decides si te quieres subir o si quieres vivir tu propio proceso”, refiere.
Luis Chino Castillo dirigió la producción del videoclip, que contó con la edición de Juan Pesantes y Cesa, mientras que la colorización estuvo en manos de Luis Pesantes.
Si tu carrera fuera una montaña andina, ¿qué parte del camino recorres: la cumbre, la niebla o un mirador con vista clara?
Yo te diría que en este momento siento que estoy en el páramo que te lleva al Cayambe, en esa parte donde están todos esos árboles de papel, preciosos, pero muy desolado y se siente muy etéreo, pero al final sabes que está el Cayambe. Entonces, allá voy.
¿Te han dicho que tu propuesta no va a funcionar y luego les demostraste lo contrario?
En Ecuador y fuera de Ecuador me pasaba mucho que las primeras veces que venía a Colombia me decían: ‘No, pero puedes reemplazar el charango por un ukulele’, que estaba de moda en ese momento, y sabes, yo nunca incluí estos instrumentos por moda, lo hice por sentir, porque para mí era recordar la casa de mis abuelos de Ambato, que es una ciudad maravillosa de Ecuador, y era como sentir entrar a su biblioteca y escucharlo a él, tocando esa música andina o verlo a él sacar su pañuelito para bailar sanjuanito en las fiestas al amanecer. Para mí, más que una moda fue una necesidad de tener una sonoridad que describa mis influencias.
Y para quienes empiezan el camino del artista, ¿hay o no que cambiar la esencia para poder ser escuchado?
A un joven artista y a un joven de la vida cotidiana: todo lo que te dé paz, ahí es. Todo lo que no te dé paz, ahí no es. No intentes encajar en lo que -en el fondo- no te está haciendo feliz de forma interna.
¿El algoritmo es el nuevo productor musical?
Creo que el algoritmo, lamentablemente, está manejado por otras fuerzas que ya no es algo cien por ciento natural y al igual que Para encajar, creo que el algoritmo que debes sentir es la honestidad, porque cuando tú eres honesto la gente conecta con la propuesta, la gente siente un clic con tu risa real, siente el mensaje a través de tu canción, siente tu canto y la manera de interpretar. (E)