Más de un mes después de que los tanques rusos entraran en Ucrania miles de niños ucranianos se acostumbran a su nueva vida lejos de sus padres en Rumanía, donde una familia de la ciudad de Cluj trabaja sin descanso estos días para ofrecerles literatura infantil en su idioma.

“Una vez las necesidades básicas están cubiertas es fundamental que nos ocupemos de la parte emocional”, dice a Efe por teléfono Lukasz Lichtenberg, el emprendedor polaco radicado en esta ciudad del noroeste de Rumanía que junto a su mujer, María, ha puesto en marcha la llamada Biblioteca Ucrania.

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Tras unos días siguiendo con angustia y preocupación las noticias de la invasión rusa de Ucrania, Lukasz y María Lichtenberg dejar de torturarse frente a una pantalla y decidieron pasar a la acción para aliviar el sufrimiento de las víctimas de la guerra.

Conscientes de la gran diferencia que existe entre el rumano y una lengua eslava como el ucraniano, los Lichtenberg se dieron cuenta de que ofrecer a los niños refugiados la posibilidad de leer o que les leyeran cuentos en su idioma les ayudaría a abstraerse de los problemas y a empezar a sentirse en casa.

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“Leer en la lengua materna es, de alguna forma, volver a la normalidad”, declara Lichtenberg, que es padre de dos hijas y ya ha llevado a cabo junto a su esposa otras iniciativas de promoción de la lectura entre los niños en Rumanía.

Editoriales Ucranianas

El reto más grande para los Lichtenberg está siendo conseguir libros para niños en ucraniano. La Biblioteca Ucrania se ha ido nutriendo de libros impresos por una tipografía local que se ha ofrecido a trabajar a precio de coste, a partir de las maquetas cedidas por editoriales ucranianas.

Además, los impulsores de la iniciativa han adquirido directamente de editoriales ucranianas ejemplares físicos de los libros, que a menudo llegan a la ciudad de Cluj en transportes humanitarios para Ucrania que vuelven vacíos a Rumanía.

“Es también una forma de ayudar a sobrevivir a las editoriales de Ucrania”, dice Lichtenberg, que hasta ahora ha impreso o importado del país vecino más de doscientos libros de literatura infantil en Ucraniano.

Aluvión de demandas

A través de la página de Facebook de la iniciativa, "Do Little Reading - Cluj Books Hub", los Lichtenberg se comunican con los donantes particulares que están financiando este proyecto, y reciben, desde toda Rumanía, peticiones de libros de familias ucranianas con niños o de los ciudadanos rumanos que las acogen.

Aunque de momento carece de fondos y recursos económicos para satisfacer todas las demandas, la Biblioteca Ucrania presta los libros y ha empezado a organizar actos públicos de lectura donde los niños ucranianos y sus madres pueden conocer gente y distraerse.

Las lecturas públicas en ucraniano corren a cargo de una psicóloga de Ucrania que llegó a Cluj como refugiada y se ha hecho amiga de los Lichtenberg, que planean también celebrar lecturas de los mismos libros en sus versiones rumano y ucraniano, para que los niños de Ucrania entren en contacto con los rumanos.

Un proyecto a largo plazo

La incertidumbre es uno de los rasgos definitorios de la experiencia de los refugiados de Ucrania. Por una parte, no saben cuándo acabará la guerra ni cuál será su desenlace. Además, muchos han visto arrasadas sus casas y sus ciudades y no tendrán un lugar al que volver cuando callen las armas.

“Nuestro proyecto es a largo plazo”, señala Lukasz Lichtenberg, que espera que las autoridades rumanas se sumen a Biblioteca Ucrania para que la literatura infantil en su idioma llegue pronto a todos los niños ucranianos que han encontrado refugio en Rumanía. (I)