Si ha pasado de los 30 años y ha descubierto espinillas en su rostro, aunque de joven no padeciera de acné, no se asuste. El acné tardío es común y hay muchos adultos que lo padecen. Días atrás, por citar un ejemplo, la presentadora de televisión Gabriela Pazmiño compartía en sus redes sociales fotos y videos de su rostro, luego de utilizar un producto que causó enrojecimiento en su piel y la aparición de granos. Entre los síntomas que enumeró, por el uso de una crema de hidratación que compró en una farmacia, mencionaba picazón, resequedad y granos.

La piel de su rostro, posteó, comenzó a mejorar luego de las recomendaciones de su especialista, quien le recetó los productos adecuados para su tipo de piel.

Según un artículo publicado en el sitio web de Eucerin, el acné del adulto aparece de la misma manera que el acné de la adolescencia, y comienza con microcomedones, precursores microscópicos de los comedones (teniendo en cuenta que un comedón es un punto negro o un punto blanco de la piel).

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Todos tienen microcomedones, pero acaban disolviéndose en la piel que no es propensa a las imperfecciones. Si su piel es propensa al acné, se producen pequeñas reacciones inflamatorias. La piel propensa al acné produce sebo en exceso. Este sebo no puede drenarse debido a que los poros están obstruidos y los conductos excretantes están bloqueados.

Los comedones (puntos negros o espinillas) aparecen como resultado de esta situación y se encuentran con mayor frecuencia en la cara, el cuello, el pecho y la espalda. Las bacterias del acné comienzan a trabajar en el sebo bloqueado, dando como resultado granos rojos e inflamados.

De acuerdo a la especialista Mariana Mosquera Samán, el desbalance hormonal, estrés, así como la mediación y el actual uso de mascarillas constantemente, son otras razones para su aparición.

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“Primero, los especialistas en estética o médicos dermatólogos deben hacer un correcto reconocimiento y valoraciones adecuadas en el paciente, porque en muchas ocasiones es acné y en otras es dermatitis, y el tratamiento y medicamento es otro, por lo cual es imprescindible siempre ver qué es lo que está ocurriendo. Tenemos que recordar que para respirar cumplimos dos fases: inhalamos oxígeno y exhalamos anhídrido carbónico. En altas dosis no es perjudicial para la salud, pero al tener una mascarilla, que prácticamente encierra y no permite que haya una oxigenación adecuada de la piel, se provoca una congestión, con lo cual hay un aumento de sebo. Por eso es que hay la manifestación de acné. No es que te provoca alergia la mascarilla”, indica la profesional.

“Colocarse un producto y que esto provoque un acné es falso. No puede darse eso. Pero cuando ya se tiene acné, entonces ahí sí tiene que cuidar mucho la aplicación de los productos, porque si utiliza aquellos que tengan consistencia grasa, muy cremosa, muy oleosa, ahí puede pasar que se incremente el cuadro acnéico, que se incrementen los brotes, que se haga más irritativo. Eso sí puede ocurrir. Pero que una piel normal, por el uso de un producto le dé acné, eso no es así”, sostiene la directora del Centro Estético Mariana Mosquera.

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Recomendaciones

Es importante, indica, que antes de usar un producto a nivel facial o corporal se identifique qué tipo de piel posee el usuario. “Recuerde que las pieles grasas no deben utilizar productos de consistencias oleosas, porque esto exacerba la glándula sebácea”, dice.

La persona debe asistir a un centro estético para reconocer el tipo de piel, para recomendar las cremas o sueros según sus necesidades.

En pieles muy secas o muy sensibles se recomiendan componentes activos que sean regeneradores cutáneos e hidratantes intensivos.

Recuerde también mantener una rutina de higiene facial. Debe limpiar bien su piel, por la mañana y noche. El uso de bloqueador solar es indispensable. (I)

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