Para hablar de moda y vestuario, la asesora de imagen Lina Díaz es muy gráfica. Con sus collages explicativos, la reconocida vestuarista colombiana de 41 años ilustra todas las formas posibles de combinar colores, patrones, estampados, la piezas para cada estilo universal (natural, tradicional, elegante, romántico, seductor, dramático y creativo) y las inspiraciones para los looks de la semana. Sus consejos no solo se dirigen a personas que desean proyectar una mejor imagen externa, sino también a otros hombres y mujeres que se dedican al mismo oficio.
De esta manera ha cautivado a más de 260.000 seguidores sumados en todas sus redes sociales (Instagram, YouTube, Facebook y Twitter-X).
Esta experticia y su facilidad para traducir conceptos de moda que tal vez no son sencillos para todos, pero que interesan a más de uno, la trajeron hace poco a Guayaquil. En la urbe porteña ofreció un taller privado para almacenes De Prati a mediados de agosto.
Publicidad
Lina entregó algunos tips de moda, como usar jeans oscuros para lograr looks menos informales; que para reconocer si el torso es largo o corto (y así poder escoger las prendas que mejor le favorecen) se puede estirar el dedo medio y el pulgar desde el ombligo hasta el pecho; y que las sandalias o tacones en colores nude consiguen el efecto de piernas más largas y estilizadas.
También fue una oportunidad para conocer la persona detrás de esta marca digital que, a pesar de conocer tantas marcas, diseñadores y términos de vestuario, reafirma el consabido dicho de que la única manera de verse bien realmente es sintiéndose bien. Y eso es más crucial de lo que parece en este tipo de trabajo.
Antes de la asesoría de estilo e imagen, ¿a qué te dedicabas?
Era abogada antes de que me dedique a estudiar Mercadeo de Moda, que era lo que me apasionaba. Estudié en Parsons (Parsons The New School for Design School of Fashion). Allá estuve cuatro años, trabajé en Armani.
Publicidad
Y antes de ser asesora, ¿Lina también tuvo sus días en que se vestía feo o no se sentía empoderada?
¡Total! Ha sido un cambio total. Sobre todo me pasó mucho que cuando era abogada me disfrazaba para generar credibilidad, entonces me ponía suits (trajes) todos los días, colores oscuros, para proyectar. Porque yo era muy joven, entonces no generaba esa credibilidad. Me sentía superdisfrazada y cuando llegaba a mi casa, me quitaba todo y decía ‘este no es mi estilo’. No tenía ni idea, no sabía mi cuerpo, no sabía mis colores, entonces claro que pasé por ahí también.
¿Cómo fue tu camino para llegar a este punto de tu carrera?, ¿cómo descubriste que el estilismo y la asesoría de imagen era lo tuyo?
Creo que nació por la necesidad de ayudar a las personas, porque muchas personas no saben de estos temas. Mis amigas, mis primas siempre me preguntaban qué vestir en una fiesta o en una salida, siempre las quería ayudar, pero cuando empecé lo hacía empíricamente, sin conocimiento, y después me doy cuenta de que detrás de todo hay esta teoría, todo este conocimiento. Me doy cuenta de que realmente puedo servir, puedo ayudar y que me paguen además por hacer esto.
Publicidad
¿Cómo te sentiste cuando todos estos conocimientos los pudiste aplicar en ti?
Imagínate, fue liberador porque ya no trataba de disfrazarme. Creo que cuando tú encuentras tu estilo auténtico y genuino puedes ser tú sin que te critiquen, sin que te juzguen, sin que te importe el qué dirán de las personas. Es lo más liberador del mundo.
¿Cuál consideras que es tu valor agregado, en contraste con otros asesores de vestuario en redes sociales?
Lo primero es que yo trabajo no solo en la parte estética, es decir, no solo les digo a las personas cómo vestirse de acuerdo a los colores, tipo de cuerpos, sino trabajo un proceso integral. Tengo en cuenta la parte interna de la persona, cómo se sienten, su amor propio, sus autoconceptos, porque creo que el estilo va más allá de lo que te pones. Esa es una diferencia importante. Segundo, tengo un negocio detrás de mi marca, hay muchas personas que aman la moda, pero lo tienen ahí como un hobby, que postean, hacen unos reels divinos, pero no lo hacen un negocio.
Hablando de amor propio, en la última época en las redes sociales se ha empezado a hablar mucho de bienestar y de sentirse bien con uno mismo. ¿Cómo se acoplan estos conceptos a la imagen exterior?
El primer paso para verte bien es sentirte bien. También es válido no sentirte bien, es que hoy como todo es positivo, es válido reconocer esas emociones, que a veces no te sientes bien, que a veces no te quieres parar de la cama, que no te quieres poner un labial rojo. Todo viene a contarte algo que también es importante para ti.
¿Qué les dirías a las personas que tal vez piensan que los temas de vestuario o de la imagen son superficiales?
Nooo (risas)... Que están lejos. Cuando oigan los testimonios de mis clientas no son ‘Lina, gracias por ayudarme a encontrar mis colores’, sino ‘Me cambiaste la vida, porque me ayudaste a reconocerme cómo soy, a amarme tal cual soy’. Son transformaciones de fondo en la vida de las personas, más allá de la parte estética. La parte estética es la consecuencia de todo el proceso que se hace antes y en eso a veces hay miedos en las personas de conocerse a sí mismas, puede ser que por eso a la gente no le gusta conocerse. Porque a la gente no le gusta encontrarse heridas emocionales, por eso se quedan en las capas superficiales para protegerse. Son procesos que pueden ser dolorosos, pueden ser difíciles, pero una vez que los transitan, si los atraviesan, no hay nada más liberador.
Publicidad
La asesoría de vestuario entonces tiene un componente psicológico.
Total. De hecho, el proceso se llama coaching de imagen, porque trabajamos psicología del color, absolutamente todo.
¿Cuáles son tus principales pautas o guías cuando trabajas con tus clientes antes de entrar al tema del vestuario?
Siempre hago todo el proceso de parte interna y finalizamos con la parte externa.
¿Qué tres tips nos aconsejas para mejorar la imagen?
Como te decía, más que verse bien es sentirse bien. Que no hay cuerpo feo ni perfecto, sino buscar lo que se acopla a tu silueta. Cada mujer es hermosa, por eso nunca limito y nunca prohíbo. La idea es eso, reconocer que cada una es diferente y que cada una se puede ver divina. (E)