Madrid, (EFE).- Con una fuerte e histórica migración latinoamericana, pero también africana y asiática, España es hoy multicolor, con más de siete millones de personas con al menos un padre o una madre migrante, muchas de las cuales han sufrido trabas para ser tan españolas como el resto.

Es la experiencia de El Chojín, rapero madrileño y negro, hijo de una española y un ecuatoguineano, quien lleva décadas clamando contra el racismo que él percibe en la sociedad y que en varias ocasiones no le ha permitido “ser parte de ella”.

Desde la Dirección General para la Igualdad de Trato y Diversidad Étnico Racial (Dgitder) española aluden a un reciente informe sobre identidad y revelan que del 71 % de la población encuestada, con nacionalidad española, el 60 % no se siente español/a porque no se les “reconoce como tal”.

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Jong Li, segunda generación de chinos en España, asegura que los episodios de racismo que ha tenido que sufrir no le han marcado el carácter, pero reconoce que durante su infancia vivió la frustración de sentirse diferente: “Entiendes que el mundo debería ser felicidad y no entiendes por qué alguien te puede apartar”.

“¿De dónde eres?, por qué tu acento, pareces dominicano”

Al Chojín, nombre artístico de Domingo Antonio Edjang Moreno, le han preguntado demasiadas veces si es español. “No puedo tener más acento de Madrid”, resume contando una anécdota con un periodista quien tras un amplio cuestionario de varios minutos acabó preguntándole por su nacionalidad: “¿De dónde eres?, porque por tu acento pareces dominicano”, relata a EFE.

“Por no referirse al color de mi piel, aludió a mi acento, que no puede ser más madrileño”, explica este referente del rap español, nacido y criado en la ciudad madrileña de Torrejón de Ardoz, donde en su infancia no residía mucha población negra.

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Por entonces, en los años 80, sus vecinos le veían como alguien “raro y exótico”: “Crecer en un país que no te reconoce como nacional hace que tengas problemas de identidad, crecer aquí ha significado para mí estar en un lugar constantemente donde no se me reconoce como propio”.

Un chino que habla vasco mejor que español y chino

Jong Li nació en Madrid pero a los 3 años su familia se mudó al País Vasco (norte), donde aprendió rápidamente la lengua de esa región, el euskera.

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“Sufrí episodios racistas cuando era pequeño, viví quince años en Euskadi y allí no había casi chinos, era raro para la gente de allí, viví algo de racismo pero también tiene que ver con la capacidad de adaptación, me supe adaptar y no tuve grandes problemas”, opina.

Al regresar a la capital española, donde regenta negocios de hostelería, su bagaje volvió a sorprender: “Terminé hablando mucho mejor el euskera que el español y el chino, y cuando volví a Madrid hablaba español con acento vasco y la gente alucinaba al ver a un chino hablando así”.

Para Li también existe una parte positiva dentro de esa sorpresa que levanta su procedencia.

“Cuando estoy en el bar, si atiendo directamente a los clientes, dan por hecho que soy el jefe, aquí a los chinos ya se nos asocia con regentar los locales, nos lo hemos ganado con trabajo”, dice a EFE.

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Considera además que el racismo que sufrieron sus padres, que llegaron siendo adultos al país a principios de los años noventa, no les afectó tanto como a la generación de chinos ya nacidos en España.

“Pasamos por una etapa de racismo para la que no estás preparado”, añade.

Todos los países son racistas y España no es la excepción

Ambos españoles coinciden en que “todos los países son racistas” y que España no escapa de esa máxima.

“En este país te para la policía porque eres negro, hay nazis que te amenazan de muerte, que corren detrás de ti, hay conflictos y cuando reflejas eso en tus letra, la gente en general y en concreto la blanca no se siente identificada”, critica El Chojín, quien cree que el racismo en España está peor hoy “que hace 20 años”.

Una realidad que reconoce también el Gobierno español a través de la Dgitder: “el delito que más aumentó en 2019 fue el del racismo y la xenofobia, con un incremento del 20,9 %, al pasar de 426 en 2018 a los 515 en 2019”.

“Hemos avanzado, sin embargo, los datos nos muestran que todavía tenemos mucho por hacer y que, probablemente, ciertos discursos no ayudan a hacer el camino que todavía tenemos que recorrer”, declaran.

En esa línea se expresa Chumo Mata, quien llegó a España siendo adolescente y cree que aunque el racismo “es una realidad innegable”, no es un problema que él haya experimentado con frecuencia. “No he tenido grandes episodios de racismo, hay quizá cosas que son más sutiles, ahora con las redes sociales la gente que lo sufre lo denuncia y te hace ser más consciente”, comparte a EFE este actor ecuatoguineano.

Mata, quien representa en el teatro de la Abadía madrileño al Otelo de Shakespeare, pide que la historia de las personas negras nacidas o residentes en España empiece a ser contada por ellas mismas para cambiar la realidad.

“Las artes son una buena herramienta para contar esa realidad, pero depende de quién las cuente y desde qué punto de vista”, apostilla.