Después de un mes de competencia en Tailandia, la participación de Nadia Mejía, Miss Universo Ecuador 2025, dejó una marca profunda en el certamen y en la comunidad ecuatoriana. Aunque no ingresó al Top 30, su presencia resonó fuerte dentro y fuera del país, ubicándola entre las favoritas internacionales y convirtiéndola en una de las delegadas más comentadas de la edición.

Nacida en Estados Unidos, hija del cantante Gerardo Mejía y de la exmodelo Kathy Eicher, Nadia creció entre dos culturas, conectada con Ecuador desde la infancia. Su trayectoria en el modelaje, su experiencia en concursos previos y su autenticidad hicieron que, al ganar el título nacional, muchos vieran en ella una de las apuestas más fuertes que Ecuador había enviado al certamen universal.

Y es que tras una de las ediciones más polémicas en la historia del Miss Universo, Nadia regresa al país entre vítores, con más apoyo que nunca y con la convicción de que su experiencia trascendió la competencia. En entrevista, comparte sin filtros cómo vivió Tailandia, la presión de ser una de las favoritas en redes sociales, las irregularidades del certamen, sus amistades, sus emociones y lo que sigue para ella.

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¿Cómo te sentiste cuando pisaste por primera vez Tailandia y el escenario de Miss Universo? ¿Era como lo imaginabas?

Sí y no. La verdad es que cuando llegué allá había fanes tailandeses que estaban esperándome, y eso fue muy cool, porque obviamente yo puedo vivir mi experiencia aquí con mi gente, pero vivir una experiencia con fanes internacionalmente… fue como “¡Wow! Ecuador está en el mapa”. Caminar en el escenario de Miss Universo fue un sueño cumplido.

En redes sociales se te consideraba como una de las favoritas, ¿eso te causó presión?

Absolutamente. La verdad es que en algún momento yo necesité desconectarme de redes sociales porque ser favorita es una bendición y una maldición, la gente estaba esperando mucho de mí. Es una presión increíble.

¿Cómo fue tu estadía en Tailandia?

Fue difícil. Hubo un día cuando 45 candidatas no pudieron ir a cenar porque algo pasó con la comida. En la primera semana estábamos haciendo muchas actividades y turismo, pero la última semana pasamos en ensayos. Muchas cosas estaban pasando, pero siempre voy a ver el lado positivo y decir que viví mi sueño. Representé a nuestro país de una manera muy buena. La gente estaba superfeliz allá y nunca voy a cambiar esa experiencia. Deseo haber tenido la oportunidad de competir de una manera justa, justa para cada candidata, no solo para mí. Pero Dios tiene otros planes y mira lo que está pasando, todas las cosas detrás del escenario están saliendo a la luz ahora. Todo el mundo está viendo que no fue un año como el Miss Universo realmente es.

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¿Quién fue tu compañera de cuarto?

Miss Eslovaquia (Viktoria Güllová). Ella es un amor. Es muy joven y este fue su primer concurso de belleza. Cuando me dijo eso pensé “Oh my god, tú estás viviendo con una veterana de concursos. No es mi primero, pero sí es mi último, lo vamos a disfrutar”. Su energía fue muy linda, tuvimos una dinámica muy buena. La única cosa es que no le gusta el aire acondicionado y a mí me gusta tener mi cuarto muy frío. Ella en 25º estaba temblando de frio y yo sudando, pero es un amor y sí, la guié en pasarela, en la entrevista... Ella quería disfrutar, eso me bajaba la presión y fue muy bueno compartir su energía porque yo soy muy competitiva.

¿Con qué mentalidad llegaste a Tailandia?

Mi mentalidad fue: “Yo quiero corona para Ecuador”. Eso fue mi dicho y mi afirmación diaria frente al espejo. Sentía que la gente estaba poniendo su esperanza en mí para traer la primera corona.

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Hubo momentos de polémica. ¿Cómo viviste el día del intercambio entre Nawat Itsaragrisil y Miss Universo México Fátima Bosch?

Absolutamente tenso. Ese evento era para recibir nuestras bandas, debió ser un momento de orgullo. Yo entré al salón y él estaba gritando. Fue muy raro. Gritaba: “México, solo México”. Él quería poner toda la culpa en ella. Cuando ella se paró y se fue, yo salí con ella. Yo fui como humana y como mujer latina, a su lado. Prefería poner mi banda a un lado antes que permitir que un hombre hable así a una mujer.

Te hiciste cercana a Lina Luaces, Miss Universo Cuba.

Sí. Ella me representa. Tenemos historias parecidas y conectamos rápido. Su familia me trató como una hija. Su mamá (Lili Estefan) me cuidó muchísimo. Cuando no entré al Top 30, ella lloró conmigo. Lina es como mi hermana.

Se habló de la existencia de una lista previa de un Top 30.

Uno de los jueces habló y dijo había una lista antes de la gala preliminar. Por eso renunciaron tres jueces. Y Ecuador no estaba en esa lista. Fue muy pesado, pero era algo que estaba fuera de nuestras manos.

¿Qué pasó por tu mente cuando no nombraron Ecuador en el Top 30?

Mi corazón se rompió. Estaba sonriendo, pero mi cuerpo temblaba. Solo pensaba: “Dios mío, ojalá mi país no se sienta decepcionado”. No podía ver las redes sociales. Pero hoy recibo más amor que nunca.

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¿Cuál hubiera sido tu Top 5 ideal?

Costa de Marfil, Cuba, Chile, Colombia y Ecuador. Costa de Marfil fue impecable. Todo el auditorio sabía que ella había ganado.

¿Qué debería cambiar del concurso Miss Universo?

Debería tener transparencia. Raúl Rocha (empresario dueño del concurso) dijo que sin pasaporte fuerte no ganas, pero Costa de Marfil tenía pasaporte estadounidense. Él no estaba estudiando a cada candidata. Y este año el 80 % de los jueces eran de la organización, no independientes. Muy raro. Debería haber respeto a las candidatas. No más listas previas, no más jueces internos.

¿Te sentiste discriminada como mujer casada que participaba?

Sí. La única razón por la que yo pude competir es porque la organización cambió reglas. Pero creo que no estaban listos para mujeres casadas o madres, porque nos decían que no habláramos de eso ni que lo mencionáramos. Eso no es inclusión.

¿Cómo fue ver a tu familia allá en Tailandia?

Fue muy feliz. Mi esposo estuvo conmigo desde el día uno. Nunca sentí vergüenza de decir que soy una mujer casada.

¿Entablaste una amistad con la Miss Universo, Fátima Bosch?

Tenía momentos con ella, no muchos, porque la realidad es que las actividades eran en orden alfabético y la M y la E no estaban tan juntas. Pero sí, tuve momentos con ella y es muy linda. Ella es ángel, es una mujer muy cool y muy dulce. Yo no puedo decir nada malo de ella.

¿Pudiste compartir con Miss Universo Venezuela, Stephany Abasali?

Sí tuve la oportunidad. Es una mujer muy educada, muy elegante, muy linda. Habla inglés perfecto, nos podíamos conectar en esos momentos también, pero realmente es muy, muy regia esa chica.

¿Hubo alguna amistad que entablaste con otra candidata que no se vio en redes?

Sí. Con Bella Zabaneh (Miss Universo Belice) y Camille Thomas (Miss Universo Curazao). Tenía buenas relaciones con ellas y son un amor. No tengo muchas fotos con ellas, no sé por qué.

¿Quiénes integran tu chat del Miss Universo?

El único chat que tengo es con Costa de Marfil y Cuba. Estamos las tres en un grupo que se llama The Tea (el té).

¿Hubieras hecho diferente en tu participación?

Literalmente, la única cosa que estaba viendo como crítica fue mi pasarela de traje de baño. No pude quedarme quieta y cambiaba de pose a cada rato. Realmente ese fue mi problema, pero estoy muy feliz con mi trabajo.

¿Qué aprendizaje te dejó el concurso?

Que una corona es solo algo físico. Yo aprendí que el Miss Universo es solo un negocio, nada más. Y obviamente yo creí mucho en esa organización, así que me siento un poco decepcionada por todo lo que pasó. Pero sé que Ecuador está orgulloso de mí. Y para mí, eso es todo. Ganar el amor de la gente es la verdadera corona. Yo sé que brillé con mi propia luz y la esencia de cada ecuatoriana. La gente pudo sentir eso. Y eso es la corona.

Tu reinado aún continúa, ¿qué proyectos vas a retomar?

Voy a estrenar mi nuevo sencillo en enero, titulado Soy suficiente. También voy a grabar el video musical aquí en Ecuador. Como Miss Universo Ecuador voy a dedicar mis próximos siete meses a visitar escuelas, orfanatos, viajar, conectar y hacer crecer también mi plataforma y proyecto social. Vivo en Ecuador, hay gente que no sabe eso. Mi esposo me visita cuando puede. Fue un gran sacrificio este año para mi esposo, pero él entiende.

¿Cómo decidiste que Miss Universo sería tu último concurso de belleza?

Yo lo sabía antes. Cuando gané Miss Universe Ecuador, ya sabía que Miss Universo iba a ser mi último concurso. Nunca en mi vida pensé en cambiar de organización; por ejemplo, Miss Grand o Miss Supranational. Eso no estaba en mis planes. Mi sueño fue Miss Universo. No voy a buscar otra corona para sentirme mejor con mi trabajo. Ese fue mi sueño y voy a cerrar ese capítulo muy orgullosa de mí y con Ecuador en mi pecho.

Eras parte del trío musical O3G. ¿Están separadas o en pausa?

Nos separamos el año pasado, las chicas sabían que mi sueño era ir al Miss Universo. Y yo no quería poner en pausa sus sueños para terminar el mío. No era justo decirles: “Paremos un momento, necesito competir y dedicar mi tiempo acá”, porque todas estábamos soñando en grande. Existe aún una amistad. No hay ningún problema. Fue el fin de capítulo muy lindo y amo a esas mujeres por el resto de mi vida.

¿Has pensado en trabajar con la primera dama Lavinia Valbonesi, en su proyecto de apoyo a mujeres?

Ella está usando su voz. Yo soy la cara de Ecuador hoy en día. Vamos a trabajar juntas para generar un cambio positivo aquí. Si yo puedo estar a su lado para ayudar a mujeres, eso es sin política, eso no es una cosa de que si tú eres correísta o estás con Noboa. Ella tiene una plataforma y está haciendo una diferencia.

¿Qué le dirías a otras chicas ecuatorianas que tienen el sueño de ganar Miss Universo? ¿Ves a Ecuador con una corona en los próximos años?

Sí, absolutamente. Pero antes quiero decir esto: antes de enviar otra candidata, veamos si esa organización va a cambiar, porque yo no quiero que ninguna chica esté allá en la misma posición que yo, donde Ecuador no va a tener un chance real. Nuestras ecuatorianas merecen más.

Cuando entregues la corona, ¿qué sigue para ti?

Seré madre eventualmente... en cinco años. Ese es un buen timeline. Quiero continuar mi carrera como modelo, pero ahora prefiero ser un modelo a seguir y usar mi voz. Mi plataforma creció mucho, no solo en Ecuador sino internacionalmente. Vamos a buscar más maneras para que Ecuador brille. Yo no necesito tener la banda en mi pecho para brillar por nuestro país. Lo prometo.

Y la gente va a hablar de MasterChef Celebrity Ecuador ahora... Denme un respiro. Me han preguntado si iría. Y no, la verdad es que no puedo pensar en ninguna competencia. Quiero vivir en paz, yo puedo cocinar en paz. No más competencias por un rato (risas).

¿Cómo vas a celebrar Navidad y Año Nuevo?

Voy a estar en Kentucky con mi familia esta Navidad. Muy emocionada por eso. Va a ser un white Christmas, mucha nieve. Y voy a pasar Año Nuevo aquí en Ecuador, con mis padres. Voy a disfrutar con mi gente y celebrar que el 2025 fue un año increíble.

¿Cómo fue tu primera Navidad casada?

Siempre comparto navidades. Un año con la familia de mi esposo Sam y otro con la mía. Obviamente mi familia no ama eso porque quieren que esté con ellos. Este año realmente tocaba con la familia de Sam, pero después de todo lo que pasó y de estar viajando, dije: “Está bien, voy a estar con mi familia. Necesito más abrazos y momentos”. Porque aunque hablo con fuerza, soy humana. Yo tengo un dolor que solo mi familia y mi fe pueden sanar rápido. Y voy a sanar más rápido cerca de ellos.

¿Tienen alguna tradición navideña familiar?

Te puedo hablar de la comida. Mis navidades en Australia o en Kentucky son diferentes. Australia es fiesta: cinco días de barbecue, cerveza, muy lindo, pero distinto. Con mi familia es la iglesia, cantar con mi papá. Mi tradición es una mezcla: mi mamá es gringa mitad libanesa, mi papá ecuatoriano. La comida en mi Navidad es otro nivel: relleno ecuatoriano, mac and cheese como buena gringa, tabulé y kipe como buena libanesa. Es un bufé riquísimo. (E)