Antes Laura Londoño consumía el café de manera ‘normal’, con regularidad y sin asombro, pero su perpectiva tomó otro curso luego de protagonizar una novela que exalta esta icónica bebida. “Antes de empezar las grabaciones me adentré en una hacienda cafetera donde me enseñaron todo este proceso, y ese primer día de entrenamiento yo regrese´en la noche a hablar con el señor de la hacienda y lo primero que le dije fue que a partir de ese día yo estaba dispuesta a pagar tres veces más el precio que normalmente pagaba por un café porque había entendido todo ese proceso”. Fue así como su ‘normalidad cafetera’ se volvió pasión y amor profundo, y ahora se sirve un ‘tintico’ todos los días.