En su taller trabajan 18 artesanas extensionistas. En este espacio que huele a paciencia y a hilo de fe, la ecuatoriana Yesenia Vargas no solo cose pelucas, cose esperanzas, dignidad para mujeres y niñas que, al atravesar el cáncer, han perdido no solo el cabello, sino una parte de sí mismas frente al espejo.