Ian Watkins, exlíder de la banda galesa Lostprophets, fue asesinado a los 48 años en la prisión de máxima seguridad de Wakefield, en el norte de Inglaterra, donde cumplía una larga condena por delitos sexuales contra menores.
Según confirmaron las autoridades británicas, el músico murió tras ser apuñalado dentro del penal durante la mañana del sábado 11 de octubre.
Los servicios de emergencia acudieron al lugar, pero Watkins fue declarado muerto poco después. El caso está siendo investigado por el equipo de homicidios de West Yorkshire, mientras se intenta determinar el motivo del ataque y la identidad del agresor.
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El exvocalista se encontraba en prisión desde 2013, cuando fue condenado a 35 años de cárcel (29 de cumplimiento efectivo y seis bajo libertad vigilada) tras admitir su responsabilidad en 13 cargos relacionados con abusos sexuales a menores, intento de violación de bebés y posesión de pornografía infantil extrema.
Durante el juicio, el juez John Royce lo describió como una figura “profundamente corruptora, altamente manipuladora y un depredador sexual peligroso”. La investigación también reveló que Watkins había manipulado a dos mujeres, madres de víctimas, para que abusaran de sus propios hijos. Ambas fueron condenadas a penas de 14 y 17 años.
El asesinato de Watkins ocurre dos años después de otro episodio violento dentro del mismo penal, cuando el músico fue tomado como rehén por tres reclusos durante seis horas y resultó con heridas leves. La prisión de Wakefield, conocida como “Monster Mansion”, alberga a algunos de los delincuentes más peligrosos del Reino Unido.
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Watkins lideró Lostprophets, una de las bandas más exitosas del rock alternativo británico de principios de los 2000. Formado en Gales en 1997, el grupo alcanzó reconocimiento internacional con discos como Start Something (2004) y Liberation Transmission (2006), vendiendo más de tres millones de copias. Tras su arresto en 2012 y posterior condena, los demás miembros anunciaron la disolución definitiva de la banda y expresaron su rechazo absoluto a los crímenes del cantante. (I)