La iglesia de San Martino, en Rivalta, en el sur de Milán, acogió este lunes la ceremonia fúnebre de Giorgio Armani. El diseñador, fallecido a los 91 años, pidió que su despedida se realizara en un entorno privado, acompañado únicamente por familiares y amigos cercanos. Entre los asistentes estuvieron su sobrino Andrea Camerana y Pantaleo Dell’Orco, su colaborador más cercano.
El creador de una de las casas de moda más influyentes del mundo será incinerado y, de acuerdo con la prensa italiana, sus cenizas reposarán en la capilla familiar del lugar junto a sus padres y a su hermano Sergio.
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El luto se extendió también fuera de Rivalta. En Milán, el grupo Armani cerró sus tiendas en la tarde y el alcalde Giuseppe Sala declaró un día de duelo. En Piacenza, ciudad natal del modista, la alcaldesa Katia Tarasconi tomó la misma decisión.
Miles de personas ya habían rendido homenaje el fin de semana en la capilla ardiente instalada en la sede de la firma en Milán, donde unas 15.000 personas acudieron a despedirse. (I)
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