Las campañas publicitarias buscan transmitir un mensaje que logre impacto en la audiencia, y algunas destacan por su propuesta y alcance. Ese fue el caso de “Donemos más sonrisas”, iniciativa de Hispana de Seguros y Reaseguros que, más allá de donar un dólar a la fundación Fasinarm por cada póliza emitida, buscó reflejar el compromiso social de la aseguradora con la comunidad.
La campaña nació bajo la dirección del equipo de comunicación y marketing liderado por María Teresa Mancero, gerenta de la compañía. “Nosotros teníamos una misión, hacer una campaña educativa y así lo hicimos”, aseguró. Recordó que la relación con Fasinarm se había iniciado años atrás con actividades navideñas y donaciones, pero que la inspiración surgió de la necesidad de dar un paso más. “La necesidad que uno siente dentro de su corazón va más allá del marketing o de lo profesional”, destacó.
El mayor reto, explicó, fue encontrar una narrativa creativa que no solo comunicara la mecánica de la donación, sino también el impacto de la fundación en la vida de niños, jóvenes y adultos con discapacidad intelectual y síndrome de Down. “Era tanto lo que había que decir y en tan pocos minutos que sí fue un gran reto”, confesó. A esto se sumó la adaptación a los tiempos de los chicos de la fundación, lo que implicó un esfuerzo adicional en la producción.
Incluir a los chicos en el desarrollo de la campaña fue una decisión clave. Mancero puntualizó que, sin su participación, el mensaje habría sido distante. “Los chicos fueron parte de la esencia del mensaje, ellos son Fasinarm”, señaló, subrayando que así se mantuvo la coherencia con el lema “Enfócate en lo que nos une, no en las diferencias”.
Un encuentro que cambió todo: así nació la alianza entre Hispana de Seguros y Fasinarm
El origen de la iniciativa
La concepción del proyecto comenzó con la aprobación de los directivos y docentes de Fasinarm, quienes respaldaron la idea desde el inicio. Con ese apoyo fue posible involucrar a los beneficiarios en los materiales audiovisuales. Para la empresa, la experiencia también significó aprendizajes. Mancero reconoció que permitió “humanizar” la marca, sensibilizar a los colaboradores y reforzar el sentido de comunidad dentro de la organización.
El proceso creativo tomó cerca de dos semanas en su etapa operativa y estratégica, mientras que la elaboración de guiones y grabación de videos fue la fase más extensa. Para la difusión se combinaron medios tradicionales, como televisión, con plataformas digitales que ampliaron el alcance y profundizaron en el contenido educativo.
Consultada sobre una posible réplica, Mancero no dudó en afirmar que lo haría nuevamente. “Honestamente esta campaña nos abrió los corazones y las ganas de ayudar, de ser solidarios”, expresó, e hizo un llamado a que otras empresas privadas impulsen proyectos similares, porque los considera necesarios para generar una verdadera voz de acción. (I)