Lahore, Pakistán (AFP).- El joven alpinista paquistaní Shehroze Kashif se había enfrentado ya a muchos peligros en las crestas de las montañas más altas del mundo, pero fue en el K2 (cerca de donde está el cuerpo de su ídolo), donde vivió su peor experiencia, cuando estaba a punto de batir un récord.