Angela Kelly, quien fue la mano derecha de la difunta Isabel II, comenzó a empacar sus cosas de la casa que tenía en Windsor, tras haber ofrecido su asistencia a la anterior monarca por más de 25 años.

Kelly, que a sus 65 años ostentaba el título de “Asistente personal, asesora y curadora de Su Majestad”, mantenía una íntima relación con la reina, tanto que incluso usaba sus zapatos nuevos y obtuvo el permiso para escribir una serie de libros sobre la dinámica entre ambas.

A pesar de esto, llegó su tiempo de marcharse de la Casa de Windsor y mudarse al hogar en Peak District que le fue otorgado por el Rey Carlos III para honrar la voluntad de su madre.

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La realeza británica sospechaba del poder de Kelly sobre Isabel II

Se dice que varios integrantes de la realeza británica sospechaban y envidiaban el poder que Kelly tenía sobre la reina, mientras que el personal de Windsor la llamaba AK-47 por su temperamento.

Por su parte, la mujer que conoció a Isabel II cuando era ama de llaves del embajador de Reino Unido en Alemania, indicó en algunas historias de Instagram que era “muy vieja para preocuparme por quien me quiere y quien no me quiere ¡Tengo cosas más importantes que hacer!”.

Además, el día de su mudanza publicó una frase que puede interpretarse como una reflexión de su actual situación. “La verdad duele más de lo que ella alguna vez admitirá”.

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Mudanza de Angela Kelly estuvo marcada por lágrimas

En imágenes sobre la mudanza, publicadas por Daily Mail, se ve a Kelly derrramando algunas lágrimas, mientras empacaba sus cosas y algunas plantas de su jardín personal para meterlas a una van con la ayuda de quienes parecen ser familiares.

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Esto pone fin a su vida dentro de la realeza, luego de que Isabel II la reclutara para trabajar en el Palacio de Buckingham en el año 1993.

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(E)

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