“Vuela alto, mi amor, vuela alto”. Con esas palabras, doña Mary Claire Riera despidió a su esposo, Luis Aguirre, el reconocido actor y director de teatro y televisión ecuatoriano que falleció a sus 64 años la mañana de este viernes, 21 de julio, tras perder la batalla contra la leucemia mieloide aguda, un tipo de cáncer que afectó su sangre en el último año.
El intérprete, más conocido como Lucho, recibió cristiana sepultura la mañana de este sábado, 22 de julio. Muy puntual, a las 9:30, se cumplió una misa de cuerpo presente y ataúd abierto en una de las salas de velaciones de Parque de la Paz, ubicada en la Alborada.
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Allí acudieron los familiares y amigos más cercanos del histrión, así como sus colegas del medio artístico, como Marina Salvarezza, Jorge Toledo, Alejandra Paredes, Renata Salem, Maricela Gómez, Fabiola Véliz, Iñaki Moreno, Pamela Sambrano. Luego los acompañaron los actores Isidro Murillo, Augusto Enríquez, Miriam Murillo, Marcelo Gálvez, Jaime Tamariz, entre otros, cuando su cuerpo fue trasladado al camposanto ubicado en La Aurora, donde reposa en una de sus bóvedas.
El actor Lucho Aguirre Ford falleció a los 64 años, en Guayaquil
Muy conmovidos, los presentes no ocultaron su llanto por la pérdida del querido actor, que participó en numerosos seriados de televisión, entre ellos Compañía 593, La Trinity, 3 familias, El combo amarillo y Rosita la taxista (Ecuavisa); y fue director, además, del programa infantil El rincón de los bajitos, en ese mismo canal, en 1993. En SíTV dirigió un show para niños, Manzana 12 (1995), así como la serie cómica La PPG (1998).
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Pero también compartieron porras y aplausos que retumbaron en medio del silencio sepulcral del cementerio, en honor a él, en especial cuando su hijo mayor, Luis Alberto, tomó la palabra. El mayor de los varones, quien lo acompañó en sus estancias hospitalarias, recordó que su padre le pidió perdón en sus últimos días, pero él reafirmó que no le quedaba nada por reprocharle ni perdonarle.
“Para nosotros es una pérdida de, más que un amigo, de un familiar”, comentó muy apesadumbrado Augusto Enríquez, actor y director del grupo teatral Kurombos. Ambos se conocieron en sus inicios teatrales, cuando fundaron en 1977 el grupo El Juglar. “Compartimos quince años que duró el grupo, quince años que convivimos casi como hermanos, como familia”.
Enríquez considera que Lucho Aguirre deja un gran legado de “creatividad, perseverancia, lucha constante por lo que era el trabajo del teatro, la televisión, el cine y la enseñanza también. Fue un actor destacado no solo dentro del escenario, sino también dentro de la producción y como creador de nuevas generaciones de actores”.
El actor y director Jaime Tamariz también resalta la trayectoria de Aguirre como un valor que el público jamás debe olvidar. “Es parte de la historia del teatro de nuestra comunidad. Por su trabajo incansable en todos estos años, ha impregnado a muchas generaciones y a todos nos ha llegado en algún momento trabajar con él. Que su memoria no se pierda, que todos los nuevos artistas sepan quién es Lucho Aguirre.” (I)