Durante la Primera Guerra Mundial, la bailarina rusa Anna Pávlova estuvo de gira por Sudamérica; bailó jarabe tapatío en Ciudad de México y La muerte del cisne en Buenos Aires, pero en mayo de 1917 ella estuvo con su compañía de ballet en Guayaquil y se quedó algunas semanas antes de seguir hasta Lima.

Este domingo 21 de diciembre, el estudio guayaquileño En Avant, dirigido por Jessica Abouganem, retoma las experiencias de ese tour para poner en escena la obra inédita de ballet neoclásico La Pavlova, en el Teatro Centro de Arte, en una única función, además gratuita.

Abouganem explica con entusiasmo que durante la investigación para esta obra aparecieron recortes de prensa y fotografías de la artista en esta ciudad, y quisieron hacer conocer la historia. Para ello contó con la coreógrafa española Avatara Ayuso, quien ya había creado la pieza Nijinska: Secreto de la vanguardia, presentada en 2023 y 2024 por el Ballet Municipal de Santiago.

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“Yo supe de este ballet a mediados del año pasado, estaba armando la programación de En Avant para 2025”, recuerda Abouganem, que quiso traerlo a Guayaquil y se comunicó con Ayuso. Pero era imposible; los derechos pertenecían a la compañía chilena. Ayuso le sugirió hacer algo de cero. “Coincidimos que tendría que ser Pavlova, porque es una personalidad de la danza, una mujer a la que como muchas, la historia las achica o ensalza su imagen de bailarina”. Los otros aspectos de esas vidas quedan en un plano secundario.

“Pavlova fue emprendedora en una época en la que las mujeres no trabajaban. Fue muy osada al salir de su comodidad para sembrar ballet en lugares remotos: China, Australia, África, las Américas”. Emprendió una gira de cuatro años desde Reino Unido hasta Cuba, Estados Unidos, México, Centroamérica y luego se orientó al sur.

El guion de La Pavlova se le encomendó al poeta y autor Ignacio Vleming, quien recreó el recorrido de la balletista en la escena Las giras: Egipto, China, España, India y México.

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“(En La Pavlova) hay muchos elementos del ballet clásico, la zapatilla de punta, el tutú, pero el manejo es muy gestual, un lenguaje más moderno”. Este es el regreso de Jessica Abouganem a las tablas, después de estar cinco años “fuera de combate”. “Cuando Avatara me hizo la propuesta, me dijo: ‘Quiero que tú bailes. Para mí es importante trabajar con bailarines experimentados’”.

Eso fue un reto, pues Abouganem estaba dedicada a la producción y dirección de En Avant, tanto la compañía como la escuela. “Cuando uno es bailarina, generalmente no queda tiempo para nada sino enfocarse en una performance digna”, dice con franqueza.

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Con ella estarán Max McClure en el rol de Víctor D’André, marido de la Pavlova; Cindy Cantos como Louis Weber, directora de cine que contrató a la Pavlova para algunos de sus de sus filmes; Dominique Morán en el papel de Charles Chaplin, con quien la danzarina hizo una amistad de por vida, y también en el de Nijinsky; Pedro Moscoso será Sergei Diaghilev, director del Ballet Ruso; Gustavo Gómez es Michel Fokine, creador de la coreografía de La muerte del cisne, que Pavlova interpretó más de 4.000 veces; y Álvaro Monar será Enrico Checcheti, el maestro de la Pavlova.

La selección musical incluye Las estaciones de Glazunov, El hada de las muñecas, La muerte del cisne, La Paquita, Giselle, obras todas que la bailarina rusa interpretó en sus giras. Se incluye una pieza creada para ella por el cubano Ernesto Lecuona.

¿Cómo conseguir entradas para el estreno de ‘La Pavlova’ en Guayaquil?

En sustento histórico está el artista Fernando Insua, quien halló que Pavlova y su compañía llegaron a Guayaquil en mayo de 1917. “¿Qué es lo interesante? Es el ambiente artístico que había en Guayaquil. Habían no uno o dos teatros funcionales en la ciudad: llegaban a la decena”.

Mientras en Europa se desarrollaba la Primera Guerra Mundial, ella buscaba nuevos teatros. “Consideraba que había un público más grande al que quería ir. Y el Guayaquil de esa época era una ciudad muy vibrante culturalmente. No era un pueblo. No era un público cerrado. Las críticas de arte decían: ‘Vé con la mente y el corazón abierto, porque es algo maravilloso’”.

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Después de verla, indica Insua, Medardo Ángel Silva se crea el poema Danse d’Anitra. “Y cuando ella se va a Lima, otro guayaquileño que la ve actuar: (el bailarín y coreógrafo) Frederick Ashton”.

La coreografía es de autoría de Avatara Ayuso, directora de Ava Dance Company. Explica que han querido reflejar el contexto de los 1910 y 1920, y que el público tenga la sensación de estar viendo, por momentos, una película silente. Ella asumió la dirección, además de la selección musical y la gestión de los equipos, para liberar a Abouganem en su papel principal.

Su elección de la bailarina panameña para la Pavlova adulta tiene muchos motivos, y empieza por la experiencia profesional y personal. “En el mundo del ballet, cuando una ya tiene 40 años, la relegan a los márgenes performativos, no te dan protagónicos. Pavlova murió a los 49 años. Jessica tiene 41. No es lo mismo que lo haga una niña de 20 años, a la que todavía le faltan experiencias vitales, que una persona que ya ha tenido 40 años de vida”. Como la Pavlova adolescente, la que estudiaba ballet a pesar de que era enfermiza y tenía dolor en las articulaciones, eligieron a Dallyana Román.

Las entradas para La Pavlova se retiran sin costo en el Estudio En Avant (Circunvalación Norte 311, Urdesa) a partir del jueves 11 de diciembre. (F)