Según el «Breve diccionario etimológico de la lengua castellana» (1973), de Joan Corominas, «carnaval» se registra en el uso de los hablantes desde 1495. Procede del vocablo italiano «carnevale», que es una haplología (disminución de una sílaba) de «carnelevare» (quitar la carne), porque después del periodo de carnaval los fieles de algunas religiones empiezan el ayuno de la Cuaresma o tiempo de penitencia que se desarrolla en un lapso de 40 días, durante los cuales suelen abstenerse de ingerir carne.

De igual significado es la voz «carnestolendas», que es de uso más antiguo (1258). Se formó por abreviación de la locución latina dominica «ante carnes tollendas», que significa ‘el domingo antes de quitar las carnes’. Esto se refiere al lapso de tres días que antecede al Miércoles de Ceniza.

En Ecuador se emplea «carnaval» para referirse al tiempo festivo en que se reúnen grupos de amigos para bailar, echarse agua, líquidos con anilina, polvos, achiote, huevos, manteca o cualquier otro compuesto que sirva para embadurnar o mojar. Por el asunto de la COVID-19, esta celebración no se recomienda.

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También se usa en la locución verbal «ser un carnaval (una reunión)», que alude a un grupo de personas que festejan con exceso de ruido y alegría.

Asimismo consta en la frase «carnaval chico» para referirse a una ceremonia de juegos, bromas y burlas que se efectúa una semana después del carnaval tradicional. (Actualizado de La esquina del idioma, 02-03-2014). (F)

FUENTES: Diccionario de la lengua española (2001), Diccionario panhispánico de dudas (2005) y Diccionario de americanismos (2010), de la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española; Breve diccionario etimológico de la lengua castellana (1973), de Joan Corominas.