Para Simon Pegg, Misión Imposible: Sentencia Final no es simplemente la octava y última entrega de una saga que lo elevó de figura de culto en ascenso en el Reino Unido a la élite de Hollywood, sino que también es una franquicia que, como él mismo reconoce, le ayudó a transformar su vida.
Fue el director J.J. Abrams quien lo llamó para ofrecerle el papel de Benji Dunn, el ‘friki informático’ y compañero cómico de Ethan Hunt (Tom Cruise), tras verlo actuar en la cinta Shaun of the Dead.
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“Creo que simplemente pensó: ‘Va a ser gracioso, vamos a incluirlo’. Y literalmente me dijo: ‘Oye, ¿quieres venir a hacer un poco de Misión Imposible 3? Será muy divertido’”, explica Pegg, quien también estaba “profundamente descontento” e incapaz de apreciar la experiencia.
“Estaba lidiando con la depresión, que intentaba controlar anestesiándome. Era menos una cuestión de alcoholismo que de dependencia a la sensación”, detalla sobre su estado mental en ese momento.
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Cruise también se involucró en darle un espacio al actor para apoyarlo diciéndole: “¡Te vas a poner en forma para esta película, ahora eres agente!”.
“Encontré esta alegría en cuidarme y en darme cuenta de que si comía bien e iba al gimnasio, podía sentirme bien. Así que le doy crédito a Misión Imposible por haberme rescatado, porque me dio una verdadera concentración en un momento en que la necesitaba”, dice el británico de 55 años, quien lleva sobrio desde 2010.
El filme que tuvo una proyección especial en el Festival de Cine de Cannes se estrenará en Ecuador el jueves 22 de mayo. (E)