La actriz Elizabeth Olsen, la Bruja Escarlata del universo cinematográfico de Marvel, conversó con la revista británica Glamour y explicó que de niña pensó que tendría que cambiarse el apellido al crecer, “pues entendí a los diez años lo que era el nepotismo, y no tenía nada que ver con no estar orgullosa de ellas (sus hermanas, Mary-Kate y Ashley Olsen), tenía que ver con mis propias inseguridades”.

Elizabeth ha estado viviendo en Reino Unido con su prometido, el músico Robbie Arnett, desde octubre de 2020, y filmando otra producción para Marvel: Dr. Strange 2, junto con Benedict Cumberbatch. “Es una película descabellada, definitivamente se están yendo por la onda del horror”, compartió.

La popularidad de la actriz creció tanto con WandaVision que eclipsó la de sus hermanas. Luego del estreno, en enero de 2021, los fanes averiguaron de inmediato el parentesco y pronto estuvo en las redes sociales.

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La serie ha sido llamada la más feminista de todo lo que ha hecho Marvel hasta la fecha, tocando temas como la salud mental y el empoderamiento femenino.

Nacida y criada en Los Ángeles, Elizabeth dice que hubo un punto en el que no estaba segura de querer actuar. “Pensé que iba a ir a Wall Street. Era buena en las matemáticas y en las ciencias. Pero amo actuar”.

De niña pudo ver la industria desde adentro, porque estaba en el set con sus hermanas, que compartieron el rol de Michelle Tanner en la serie Un hogar casi perfecto.

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“Tenía 10 años y sentía curiosidad por ir a una audición, y me di cuenta de que no era para mí, porque extrañaba mi equipo deportivo, mi clase de baile y todas las actividades en la escuela. Pero también pensaba: ‘No quiero que me asocien con ellas’. Creo que entendí lo que era el nepotismo. No sé si sabía la palabra, pero era la sensación de no ganarme algo lo que me molestaba desde esa edad. Y pensé: ‘Voy a ser Elizabeth Chase (su segundo nombre) cuando sea mayor’”.

Las gemelas pronto dejaron de actuar para incursionar en la moda, pero su influencia ha sido fuerte. Elizabeth reveló hace poco que el mejor consejo de ellas fue: “No es una oración completa”.

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“La palabra no era algo que recuerdo que mis hermanas decían, sin más explicaciones, y se volvió una palabra muy empoderante. Y para las mujeres, realmente lo es. Poder decir no cuando tú quieras es una cosa muy poderosa”.