En 1985, Oprah Winfrey fue convocada para interpretar a Sofía, una mujer que deja a su marido abusador y luego va a la cárcel por negarse a trabajar de criada para una familia blanca, una labor que eventualmente se ve obligada a tomar en El color púrpura, un filme dirigido por Steven Spielberg y basado en la novela de Alice Walker.