La esperada Depredador: Tierras salvajes ya llegó a los cines del país. Se trata del primer estreno en pantalla grande de la icónica saga desde 2018 y marca el regreso del director Dan Trachtenberg, responsable del éxito Depredador: La presa, disponible en Disney+.
En esta ocasión, la historia se centra en la alianza inesperada entre Thia/Tessa (Elle Fanning), un robot de avanzada tecnología, y Dek (Dimitrius Schuster-Koloamatangi), un Depredador en busca de un oponente digno.
Cuando Fanning y Schuster-Koloamatangi fueron convocados para el proyecto, no dudaron en aceptar. Ambos eran seguidores de la saga y admiraban el trabajo del director. “Me envió el guion y luego tuvimos una videollamada donde me mostró ilustraciones increíbles del mundo que imaginaba. Escucharlo hablar con tanta pasión fue muy emocionante”, recuerda Fanning.
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Schuster-Koloamatangi coincide: “Hablar con él basta para notar su amor por el universo de Depredador. Es un fan genuino que aporta ideas nuevas sin perder la esencia de lo clásico. Su entusiasmo es contagioso”.
Ese entusiasmo, dicen los actores, se trasladó al rodaje. “Dan es maravilloso con los actores. Ama las escenas y los diálogos. Hizo que cada momento se sintiera auténtico”, añade Fanning.
En Tierras salvajes, Fanning interpreta a un robot dañado, partido en dos y atrapado en un planeta hostil. Durante el rodaje, la actriz debió pasar largas horas suspendida en un arnés o dentro de zanjas cavadas especialmente para las escenas. “Requería mucha fuerza física. Dimitrius y yo estábamos enganchados espalda con espalda, volando por el aire o moviéndonos en carretilla. Fue un reto físico enorme”, comenta.
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Por su parte, Schuster-Koloamatangi encarna al Depredador Dek, para lo cual se sometió a una exigente preparación física y vocal. “Aprender el idioma yautja fue difícil, implicaba usar músculos distintos en la garganta. Además, llevaba una prótesis completa, lentes de contacto y un casco con trenzas. Cargaba unos 15 kilos extra, pero eso me ayudó a sentirme realmente dentro del personaje”, explica.
El vínculo entre los protagonistas fue clave para el resultado final. Compartir escenas de alta exigencia física fortaleció su conexión. “Estuvimos juntos todo el tiempo, literalmente espalda con espalda. Elle es increíble; su energía y compromiso hacían todo más fácil”, cuenta Schuster-Koloamatangi.
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Fanning también destaca la química en el set: “Era prácticamente el único otro actor conmigo. Hicimos las escenas de corrido, con sus trenzas de Depredador golpeándome la cara todo el tiempo. Fue agotador, pero también muy divertido”. (E)





























