Cuando Edith Pretty (1883-1942), nacida como Edith Dempster, una viuda adinerada y terrateniente inglesa, se percató de que en sus tierras se levantaban unos montículos, decidió que debía investigar. Ella fue una exploradora de toda la vida, ya que su familia viajó mucho durante su infancia, gracias al inmenso éxito de su padre y abuelo como fabricantes de equipos para la industria del gas. Antes incluso de ser adolescente, Pretty visitó Egipto, Grecia, India, Estados Unidos y más, y pasó seis meses viviendo en París, según sus diarios. Más tarde, durante la Primera Guerra Mundial, se ofreció como voluntaria para la Cruz Roja en Inglaterra y Francia.