Era un vuelo más. Todo parecía normal hasta que un sonido remeció la cabina, volaban a casi 10.000 metros de altura. En la cabina el parabrisas del lado del copiloto se quebró, por lo que la mitad del cuerpo de él había sido succionado. Parece de película, que lo es, sin embargo, también es acontecimiento que ocurrió en la vida real, el 14 de mayo de 2018.