Dos mundos totalmente opuestos y sin embargo, formaron una pareja que hizo historia: ella venía de una familia japonesa pudiente, muy tradicional y él, ya era una estrella famosa. Ambos compartían su amor por el activismo social, impulsado siempre a los jóvenes a la paz y por eso, se amaron escandalosamente.

Yoko Ono y John Lennon se conocieron en 1966 cuando ella tenía una relación y él seguía casado legalmente con Cynthia Powell, con quien tuvo su primer hijo, Julian Lennon, al que ocultaron para no perjudicar la imagen del artista.

Yoko Ono nació el 18 de febrero de 1933, en Tokio. Su familia formaba parte de la aristocracia japonesa, propietaria de bancos, emparentada con el Emperador y descendiente de samurais. Su madre era pintora y no había tiempo para una vida de niños.

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Cuando Yoko Ono cumplió cuatro años, fue inscrita en una escuela para chicos con talento especial para la música y llegó a ser concertista.

Durante la Segunda Guerra Mundial, su familia fue despojada de varios bienes. Según recoge el portal de Infobae, Yoko usaba la imaginación para no deprimirse por la escasez de comida y para animar a su hermano, le propuso escribir un menú para la cena, en un papel que solo existía en la mente. Ese acto de amor, la hizo entender su potencial para crear objetos que causaran experiencias internas en cada persona.

Cuando terminó el conflicto, Yoko volvió a Gakushuin, una de las escuelas más exclusivas del país. Fue compañera del príncipe Akihito, ex emperador de Japón. En 1951, se inscribió en la universidad y logró ser la primera mujer estudiante de Filosofía. Se interiorizó en el existencialismo, el marxismo y otras corrientes filosóficas, además conoció las ideas pacifistas. Luego de un tiempo, abandonó los estudios y se mudó con su familia a New York. Siguió estudiando y se especializó en composición y poesía contemporánea en el Sarah Lawrence College.

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Al tiempo, comenzó una carrera artística vinculada a la música de vanguardia, las películas experimentales y las performances. Pionera desarrolló un arte conceptual y participativo cuya premisa era que las ideas son más importantes que las formas o las técnicas de realización. Así fue como organizó un concierto que rompía los límites de lo permitido; era un concierto sin música, el público debía imaginarla.

Tuvo dos esposos antes de conocer a Lennon. El primero fue el músico de vanguardia Toshi Ichiyanagi, pero tras varios años viviendo separados, se divorció en 1962.

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Tras pasar por una clínica psiquiátrica por un intento de suicidio, Yoko conoció al productor de cine Anthony Cox, que se convirtió en su segundo marido. Con él tuvo a su hija Kyoko. Tras un divorcio conflictivo, Yoko Ono no pudo ver a su hija por más de veinte años. " Ella sabía que yo era su madre, pero amaba mucho a su padre y él le había advertido que si me buscaba no lo vería más”, compartió Ono en una entrevista para The Sunday Telegraph.

En 1966, la historia tuvo un nuevo protagonista: Lennon. Yoko realizaba su primera exposición en Londres y hasta el lugar llegó John Lennon.

El músico estaba convencido de que se encontraría con una orgía tras escuchar hablar de “una japonesa loca que martilla clavos cósmicos y se mete desnuda en una bolsa”. La primera noticia que tuvo de ella fue cuando leyendo el diario encontró un artículo sobre un corto dirigido por la japonesa llamado “Culos” y que consistía en solo primeros planos de esa parte de la anatomía.

Aunque parezca increíble Yoko desconocía por completo quién era el cantante y tampoco sabía de la existencia de los Beatles. Se conocieron en la exhibición y tuvieron una primera charla satírica:

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Lennon se acercó a una pieza de la artista, Ceiling Painting, las instrucciones pedían que se subiera a una escalera, tomara una lupa que colgaba y la usara para leer un letrero pegado al techo. El músico obedeció y se sorprendió con lo que decía: Sí. Después se acercó hasta una tabla llena de clavos con un cartel que explicaba que la “pintura” no estaría terminada hasta que la tabla estuviera cubierta de clavos. Al tratar de poner uno, Yoko Ono vestida de negro como era su estilo, lo interrumpió para decirle que hacerlo le costaría cinco chelines. Él siguió la broma y respondió: “Entonces clavaré un clavo imaginario y te pagaré con cinco chelines imaginarios”.

Yoko se mudó a Londres para buscar un reconocimiento que no encontraba en Nueva York y además se divorció. Lennon por su parte comenzaba a padecer ser un Beatle, a los fans y la fama.

Su matrimonio con Cynthia tampoco iba bien. El músico era celoso y posesivo. Capaz de realizar bromas sarcásticas que dejaban a su mujer dolida y denigrada. Todo esto sumado a las giras perpetuas y el comienzo de la experimentación con drogas de John dinamitaron la pareja.

Yoko y John fueron amantes hasta que la situación se tornó insostenible y ambos se divorciaron de sus antiguas parejas para iniciar una nueva vida, juntos.

Una tarde Cynthia entró a su casa y encontró a su marido junto con Yoko sentados en el suelo, con las piernas cruzadas, mirándose a los ojos, rodeados de platos sucios y vestidos con batas. La esposa traicionada se fue pero dos días después volvió. Hubo una breve reconciliación y una ruptura definitiva en 1968.

Los fanáticos de The Beatles llegaron a odiarla y afirmaban que Ono fue la culpable de la separación y la tildaban de “loca”, “bruja”, “fea” y “horrorosa”. Sin embargo, ella bromeó con el rumor en su disco 'Yes, I am a Witch' (Sí, soy una bruja).

John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr fueron los cuatro muchachos de los años 60 que revolucionaron el mundo e hicieron que su música trascienda. Con respecto a su separación John dijo:

“Ellos (los Beatles) dejaron de interesarme por completo. No lo hacía adrede. Solo que estaba tan ocupado con lo que hacíamos los dos juntos, que… y en un momento dado, ambos miramos a nuestro alrededor y caímos en la cuenta de que todo aquello ponía bastante nerviosos a los demás. Simplemente, estaba enamorado de la cabeza a los pies”.

El 20 de marzo de 1969 y luego de separarse de sus respectivas parejas, se casaron en Gibraltar sin ningún Beatle invitado.

Aunque nunca se arrepintió de este amor, Yoko llegó a declarar en alguna ocasión: “De cierta manera ambos arruinamos nuestras carreras por unirnos”. Ella pasó de ser una artista de vanguardia a “la bruja que separó a The Beatles” y él dejó la banda más famosa del mundo.

Fue en febrero de 1975 que tuvieron a su único hijo, Sean. El músico se centró en su rol de padre y Yoko se convirtió en la administradora de sus bienes mientras invertía con buen ojo en el mercado inmobiliario y de arte.

El 8 de diciembre de 1980, John Lennon fue asesinado en la puerta de su casa. Murió en los brazos de Yoko que, destrozada por la pérdida, permaneció de duelo varios años. “Yo desperté gracias a mi hijo. Lo que me mantuvo viva fue el deber de velar por él”, contó.

Heredera de una fortuna de 356 millones de dólares, logró duplicarla gracias a los derechos de autor. Con el tiempo su figura fue reivindicada. Siempre vestida de negro repite que “el poder de las mujeres está en su inteligencia y en la sabiduría para cambiar su posición en la sociedad”.

Tras el asesinato del legendario integrante de los Beatles John Lennon, su viuda, Yoko Ono, fundó varias compañías y sociedades de las que ahora abandona su dirección y pasarán a ser gestionadas por por su hijo Sean, de 45 años. (E)