Sabemos mucho del Imperio que floreció desde Roma, y no es de extrañar. En su apogeo, se extendió desde la Península Ibérica hasta el norte de África y Mesopotamia, lo que la convirtió en una de las mayores potencias de la historia mundial.
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Sabemos mucho del Imperio que floreció desde Roma, y no es de extrañar. En su apogeo, se extendió desde la Península Ibérica hasta el norte de África y Mesopotamia, lo que la convirtió en una de las mayores potencias de la historia mundial.
Sabemos mucho del Imperio que floreció desde Roma, y no es de extrañar. En su apogeo, se extendió desde la Península Ibérica hasta el norte de África y Mesopotamia, lo que la convirtió en una de las mayores potencias de la historia mundial.
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