Encerrada en su casa en el Bronx con su hija y su sobrina debido a la pandemia del coronavirus, la escritora mexicana Valeria Luiselli ha bajado “el volumen y la velocidad” de su vida: está alfabetizando su biblioteca, sembrando legumbres en su terraza y escuchando viejas grabaciones del escritor argentino Julio Cortázar.

Es un ritmo de vida que nada tiene que ver con el remolino de éxito profesional que vive tras recibir prestigiosas becas y numerosos premios, incluido el Rathbones Folio británico, por su novela Desierto sonoro (Lost Children Archive).

La escritora de 36 años lo recibió la semana pasada en una ceremonia celebrada por internet. Durante una entrevista telefónica con The Associated Press, Luiselli expresó su tristeza por no poder recibirlo en persona, pero también su gratitud al ver que premios así se siguen concediendo.

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“Que ahorita la comunidad literaria siga a todo vapor, aunque sea desde sus casas, y desde detrás de sus pantallas, es para mí entre conmovedor y esperanzador”, dijo.

En el caso de Luiselli, la inspiración para escribir su novela fue la crisis migratoria ocurrida en el 2014 cuando una multitud de niños y jóvenes cruzaron la frontera sur de Estados Unidos en busca de asilo, huyendo de situaciones de pobreza o violencia en Centroamérica.

“Creo que es mi labor, como la labor de todos los escritores, sean escritores de ciencia ficción, sean periodistas, sean poetas, cada quien a su velocidad y dentro de sus capacidades, ir dejando un testimonio de estos momentos”, señaló. “Vamos a necesitar ese tejido narrativo, como una especie de gran tejido en el cual echarnos una vez que estemos del otro lado de esto”. (I)