“Transcurridos aproximadamente 10 años, El Gato Portovejense pasa por un periodo de consolidación. Están inaugurando nueva casa, habiéndose cambiado a una cuadra de su anterior sede, frente al parque, en la ciudadela Albatros, con más área de parqueo, y sin duda con muchos más detalles dentro de las instalaciones, pero manteniendo el mismo estilo informal y acogedor del anterior.

El viagra es su plato icónico. Consiste en un estofado de muchos mariscos, espeso, que produce una explosión de sabores cuando se lo prueba. Más aún si usted está chuchaqui. Está cargado con un fondo de mariscos y pescado, y tiene pescado en trozos, camarón, concha, calamar y cangrejo con pasta de maní y se sirve con aguacate y arroz. Es realmente una buena creación. Sus propietarios hacen honor a las recetas legadas de El Gato, su antiguo socio que las trajo de Portoviejo donde pasaron en su familia por generaciones. El local original sigue funcionando en Sauces 1.

Ha implementado lo que ningún restaurante típico, no de alta cocina ecuatoriana sino tradicional, hace, un menú de degustación.

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Comenzamos con un sencillo maduro con queso, mayonesa de albahaca y sal prieta. La sal prieta de El Gato es rica en culantro y especies. La mesera nos explica la forma correcta de comerlo, primero trinchando el maduro, luego el queso, hundiendo este bocado en la mayonesa para luego colocarlo en la sal prieta, así esta se adhiere fácilmente, teniendo en un solo bocado todos los ingredientes del plato. Luego vino un minicorviche en salsa de maní con cebolla. Una excelente invención manaba. La salsa de maní lo hace muy palatable.

El ceviche de camarón-pescado es de lo mejor. Su salsa es una mezcla. Tiene algo de fondo, salsa criolla clásica con un ligerísimo toque de salsa de tomate. Yo prefiero el ceviche clásico sin salsa de tomate, sin embargo, el toque de esta apenas era perceptible, por lo que fue uno de los platos más apreciados de la mesa. Su ceviche jipijapa es también excelente.

Nos trajeron pinchos de camarón con salsa criolla y mayonesa de albahaca. De muy buen tamaño y terminados a la parrilla, estaban perfectamente cocinados. Tiernos. Me parece que en este plato y en otros deben jugar con distintas salsas.

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La única recomendación que podría hacerles es que el encurtido de cebolla y la salsa de albahaca son omnipresentes, y no necesariamente son el mejor aderezo para todos los platos. La calidad de la cocina de El Gato puede generar otras alternativas para varios de sus platos.

Terminamos el menú con la minicazuela. El Gato la hace ligeramente más consistente de lo usual.

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Otro plato que hemos probado y merece la pena pedirse para compartir en la mesa es el chicharrón de pescado. Este restaurante es todo sobre mariscos, verde y maní, de pura tradición de la más profunda cocina manaba. Recomendamos conocer su nueva casa. (O)