He cometido muchos errores relacionados con los modales en internet. Solía ser esa persona de la oficina que siempre respondía un correo electrónico grupal para mostrar lo dispuesta que estaba a hacer algo pero, en realidad, solo me veía como una persona molesta y ávida de atención. En mis años de formación en línea llené mis redes sociales con selfis tomadas al estilo Myspace –con la cámara elevada y los labios con una mueca de boca de pescado–. Incluso he dejado en visto a alguien.