"Nunca tantos debieron tanto a tan pocos". La famosa frase de Winston Churchill, el primer ministro británico, llegaba al alma al pueblo inglés en medio de bombardeos incesantes de la temida Luftwaffe, la fuerza aérea de la alemania nazi. Esos "tan pocos" eran sus pilotos de guerra, los que se jugaban la vida en el aire para evitar que Alemania finalmente invada Gran Bretaña.