Alamor es un poblado de la provincia de Loja, asentado en los linderos de Ecuador y Perú. Ahí, en el año 1964, nació Máximo Escaleras, <strong>cantante popular que ha grabado más de 400 canciones, distribuidas en 35 discos compactos. Una de ellas dice: “Alamor tierra querida, donde vi la luz primera”.</strong><strong><em>Chulla vida</em></strong>, es una de sus canciones más conocidas y por la que votaron sus amigos en redes sociales para <strong>bautizar al restaurante familiar que los Escaleras Lasso inauguraron el 13 de octubre de 2018 en San Rafael, a 28 kilómetros de Quito.</strong>Chulla vida, la canción que se volvió restauranteEscaleras salió de su tierra a los 15 años. En Guayaquil equilibraba su tiempo trabajando en ventas y estudiando. A los 18 llegó a Quito. –“Ahí lo atrapé”– dice su esposa Piedacita–, con una carcajada.Nos conocimos en un bus (Barrionuevo-La Gasca), yo tenía 17 años. Máximo había venido a Quito para hacer la conscripción. Se sentó al lado y empezó una amistad, luego una relación por cinco años. Nos casamos, tuvimos tres hijos. Llevamos 32 años de casados, cuenta.Piedacita Lasso, de 54 años, dice que no fue fácil vivir de la música, que fue un camino duro, pero que ese esfuerzo ha desembocado, entre otras cosas, en el emprendimiento Chulla vida restaurante.“Hemos fusionado: lo empírico, la experiencia, el estudio y la música”, dice.Lo empírico y la experiencia de Piedacita, los estudios gastronómicos de su hija Mishell y la música en vivo de su esposo Máximo y, a veces, de su hijo Cristopher, <strong>aterrizaron en este restaurante de comida típica hecha al carbón.</strong>“Hemos juntado dos artes, la gastronomía y la música”, dice Mishell, de 24 años. “El resultado se ve en nuestros platos temáticos que tienen un poco de las dos”, añade.La chanfaina chulla vida nace en el pueblo donde nació mi esposo. Es una cocción de lomo, costillas, patitas y cuero de cerdo seleccionado, es como un bistec con finas hierbas, muy delicioso, explica Piedacita.Otra de las especialidades es la costilla quincena. Marinada por horas en frutas tropicales, horneada y llevada al grill. <strong>Se llama así por la canción <em>La quincena, </em>dice la chef.</strong>La fritada fantástica se origina de la canción <em>El auto fantástico,</em> que Máximo cantaba con Nathaly Silvana, cuando era una niña y que recoge la tradición imbabureña. “Es carne de cerdo, tostadito crocante y suave, mote, papita, aguacate y un curtido riquísimo”, detalla la matriarca de esta familia.Uno de los platos más pedidos es el seco de chivo de la secretaria, por <em>La secretaria del jefe,</em> el seco de gallina estilo suegrita, de la canción<em> Suegrita déjeme vivir.</em>La ensalada quiero volver a ser flaquito, <strong>en honor a la canción <em>Quiero volver a ser soltero, </em>es un crocante de quinua y pollo a la parrilla.</strong>El lomo a la cumbiambera es uno de los más pedidos. Este plato es una porción de 250 gramos de lomo seleccionado, acompañado con papas fritas o al horno, con arroz moro y ensalada. Este plato se origina del tema <em>La cumbiambera.</em>Chulla vida abre los fines de semana y feriados, tiene trece empleados. La mayoría son jóvenes estudiantes. Después del primer año planean ampliar el menú. Y en medio de las mesas, entre la atención a sus clientes y los pedidos de los platos típicos, aparece también Máximo. <strong>Saluda a sus comensales, conversa con ellos de mesa en mesa, antes de tomar el micrófono, y cantar</strong> (lo hace en el establecimiento) la canción que lleva por nombre su restaurante.<strong> (E)</strong>