El bosque seco tropical es el escenario en el que se desarrolla La Misión de Nil, el cuento infantil que la ecuatoriana María Gabriella Ottati de Castillo ha escrito no solo para llevar un mensaje a favor del cuidado ambiental sino también para ayudar a sus lectores, a encontrar su propósito de vida.

Ottati, quien se dedica desde hace aproximadamente siete años a la literatura para niños, creó este relato luego de vincularse con la fundación Yo Siembro, a través de Claudia Salem de Sonnenholzner.

“Claudia un día me llamó y me preguntó si me interesaría participar en un proyecto en el que quería involucrar a la fundación del Bosque Protector Cerro Blanco, a Holcim y unir esfuerzos con la fundación Ecológica Rescate Jambelí, que protege al papagayo de Guayaquil”, explica la autora.

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El cuento, sostiene Ottati, habla sobre la misión de un pijío, un árbol del bosque seco tropical. De su nombre científico, Cavanillesia platanifolia, se eligió el título de la publicación que ya está en las librerías de la ciudad.

“Se rescatan la guachara, la abeja mielera, los colibríes. Y aunque Nil es el protagonista, la estrella del cuento es el papagayo de Guayaquil, que es el ave emblemática de Guayaquil. Sabemos muy poco de ella, conocemos poquísimo y lo más grave es que hacemos muy poco para conservarla”, dice.

La Misión de Nil cuenta con ilustraciones de la diseñadora gráfica Roxana Castillo, hija de la autora, quienes recorrieron el bosque protector Cerro Blanco para recrear de manera genuina cada uno de los espacios y animales que abordan en sus páginas.

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Durante su investigación para el desarrollo de la historia, Ottati también descubrió el trabajo de los voluntarios así como el vivero que existe en este lugar.

“El libro trata de rescatar que todos en la vida tenemos una misión y más de una que cumplir, y que es importante encontrar la nuestra. La idea es que los niños que la lean o también los padres que les leen a los niños, de alguna manera reflexionen sobre cuál es su postura de colaboración, de contribución dentro del mundo”, refiere la escritora.

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El texto invita también a los lectores a visitar el bosque protector Cerro Blanco y emplear coordenadas GPS que detalla para que puedan hallar el sitio exacto donde están ubicados los pijíos, hogar de los papagayos. También da recomendaciones de plantas para sembrar en casa y datos para convertirse en voluntario de Yo Siembro y Fundación Jambelí. (I)

Un libro es válido para un niño si le propone algo, lo que debe hacer un libro es enseñarles a pensar, un niño que tiene un libro nunca se aburre, nunca está solo. María Gabriella Ottati, escritora.