El garaje de un amigo y cuatro mesas fueron el inicio de lo que el chef peruano Daniel Manrique define como uno de sus mayores éxitos en el campo profesional. Veinticuatro años después ese sueño al que bautizó como Segundo Muelle ya tiene presencia en seis países y Ecuador no es la excepción. Está en Guayaquil y Quito.

Cuenta que cuando abrió su primer restaurante en Lima solo había establecimientos peruanos con cocina tradicional (ceviche clásico, el chicharrón clásico y el arroz con marisco clásico).

“Con solo cuatro meses lanzamos una cocina distinta, lanzamos un tiradito a la huancaína con ají amarillo, un ceviche de langostinos, un ceviche caliente, los wantanes rellenos con cangrejo, el chaufa de mariscos, cosas que no había en ese entonces y fue novedoso”, dice el director general de esta cadena de restaurantes, que esta semana recibió la acreditación de oro otorgada por PromPerú y la Universidad San Ignacio de Loyola, por mantener el auténtico sabor y uso de los insumos o especies.

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Manrique destaca que en cada una de las franquicias se mantienen las recetas originales, así como a un chef peruano “que controla el sabor”. “Las recetas son 100 % peruanas y algunas llevan insumos peruanos y los conseguimos en los destinos donde estamos, pero las recetas son 100 % de Segundo Muelle, no hay fusión, ni tropicalización”. (I)