En estos en la prensa española se habla mucho sobre el enfrentamiento público que tuvieron el domingo las reinas Letizia y Sofía de España. La Casa de Borbón guarda silencio sobre ese asunto. Una situación casi similar se dio hace unos años en la Casa de Windsor, con Camilla Parker Bowles.

La relación de Letizia y Sofía fue de más a menos, a diferencia de la reina Isabel II y Camilla, la eterna amante y actual esposa de Carlos de Gales, apodada como la 'rottweiler' por la princesa Diana. La monarca británica no sentía simpatía por la actual Duquesa de Cornualles en los comienzos de su polémico romance con el heredero al trono, según revela una biografía sobre el hijo mayor de la reina.

El libro 'Rebel Prince: The Power and Passion and Defiance of Prince Charles', escrito por el periodista británico Tom Bower, detalla que al año siguiente al deceso de la Lady Di, Carlos quiso que su madre le diera la bienvenida Camilla, pero la monarca se negó, pues estaba al corriente que su hijo y la ahora duquesa fueron amantes durante el tiempo que Carlos y Diana estuvieron casados.

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Bower datalla en su obra que todo ocurrió una vez que Isabel II había bebido "varios martinis". Para sorpresa de Carlos, la monarca le respondió que "no le perdonaría su adulterio, y no perdonaría a Camilla por no dejar en paz a Carlos y no permitirle recuperar su matrimonio" con Diana.

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La reina supuestamente llamó a Camilla "esa bruja" y dijo: "No quiero tener nada con ella". Carlos, envuelto en llanto, llamó a Camilla para informarle de la decisión de su madre. 

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El príncipe contaba con el apoyo de su tía, la polémica princesa Margarita, no así del de la Reina Madre, quien también se oponía a la relación con Camilla. No obstante Isabel II habría bajado la guardia sobre ese noviazgo cuando falleció su madre, en 2002.

Finalmente Carlos y Camilla -quien no lleva el título de Princesa de Gales, por respeto a Diana- se unieron en 2005. Pero, al haber sido los dos adúlteros, no se pudieron casar en la Iglesia de Inglaterra y se tuvieron que conformar con una ceremonia civil en el Ayuntamiento de Windsor -a la que no asistió Isabel II-, y un acto religioso en la capilla de San Jorge.

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Bower asegura que Isabel fue al acto religioso y estuvo en la fiesta con invitados aunque ignoró a la novia durante esas actividades, e incluso ni la mencionó en un discurso por la ocasión. Sin embargo con el paso de los años -por lo menos ante sus súbditos- la relación entre suegra y nuera se volvió cordial e incluso han compartido protagonismo en varios actos oficiales. (I)