La cuenta atrás para la boda de el príncipe Enrique y Meghan Markle ha comenzado y la actriz estadounidense cada vez está más involucrada en su papel como miembro de la familia real, tal y como se pudo comprobar el martes durante la visita de la pareja a las instalaciones de una de las radios juveniles del país. Pero aunque Meghan cumple a la perfección con su nuevo trabajo y reconoce sentirse feliz, ha tenido que renunciar a muchas cosas de su antigua vida.

Después de abandonar su trabajo en la serie de Netflix, Suits, que la catapultó a la fama para dedicarse a sus nuevos compromisos reales y trasladarse a vivir a Londres, Meghan cerró ayer martes sus redes sociales.

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La actriz se ha fugado de la red y dado carpetazo a su cuenta de Instagram, Facebook y Twitter, donde antes compartía sus trabajos y daba voz a su compromiso con Unicef. "La señora Markle está agradecida con todos los que han seguido sus cuentas en redes a lo largo de los años. Sin embargo, como no ha usado estas cuentas durante un tiempo, ha tomado la decisión de cerrarlas", confirman desde Kensington Palace, cumpliendo así con el protocolo que marca la casa real británica. Ya en abril del año pasado Meghan cerraba su blog de tendencias.

La boda entre Meghan y Harry se celebrará el próximo 19 de mayo en la capilla del palacio de Windsor y la actriz ya está preparada para formar parte de la realeza británica. (I)