El caso de la boxeadora argelina Imane Khelif, sobre quien se ha cuestionado su género a raíz de su hiperandrogenismo (casos en los que una mujer tiene elevados niveles de testosterona que se distinguen en su físico), aún sigue dando que hablar en los Juegos Olímpicos y más aún después de que su primera rival, la italiana Angela Carini, se retirase tras recibir un golpe a los 46 segundos de combate.