El microtenista ecuatoriano Alberto Miño no pudo viajar a Houston (Estados Unidos) para competir en los juegos individuales del Mundial de Tenis de Mesa por un error administrativo entre la agencia de viajes y el banco que hizo la transferencia con el pago del valor del pasaje.

El seleccionado ecuatoriano, que milita en la Bundesliga, dijo: “El 3 de agosto llené el formulario para sacar la visa a Estados Unidos. Lo hice con anticipación, pero por los problemas existentes me dieron cita para el 10 de noviembre en el consulado de Múnich. Me dan la visa, pero me indican que debo dejar el pasaporte justo en la semana que debía viajar a Lima para el Panamericano; y la visa la saqué en Lima. Y cuando me presento en el aeropuerto, me indican que el pasaje no existía porque, supuestamente, no se había efectuado el pago”.

Miño señala que la única salida que le dieron era adquirir otro boleto, pero era imposible, porque estaba entre 2.700 y 2.800 dólares. “Al final, no pude tomar ese vuelo y se me complicó mi presencia en el Mundial”.

Publicidad

“Me sentí supertriste, porque había luchado desde agosto para tener la visa”, refirió el jugador, que iba a participar en su séptima competencia mundial. En los tres últimos se ha instalado en el top 128, y para este Mundial llegaba en mejor forma y tenía más oportunidad de ubicarse entre los 64 o 32 mejores del torneo.

En Ecuador y Lima

El seleccionado tricolor llegó esta semana a Guayaquil, aprovechando la cercanía con Lima (Perú), donde había participado en los juegos de singles y dobles varones del Panamericano.

En Lima, Miño llegó hasta cuartos de final, y el brasileño Hugo Calderano, ubicado en el puesto 56 del ranking latinoamericano, lo derrotó 4-3. “Estaba jugando superbien; me puse 3-1 adelante en el marcador. Me sentía muy cómodo jugando, pero hubo momentos en el partido donde se me iba con una pequeña ventaja y se me hacía muy difícil poder superar esos marcadores. Creo también que fue mucha desconcentración, nerviosismo, y eso fue lo que al final me pasó factura. El mérito de Calderano es tener un ritmo constante y mostrar un buen nivel”.

Publicidad

Calderano para su juego con Miño estaba ubicado en el puesto 56, mientras que el ecuatoriano se instalaba, en ese momento, en el 80; hoy es 74. “Algunas veces se toma en cuenta el ranking, pero cuando estamos en la mesa no pesa la ubicación. Cuenta un poco si estás en el top 10 o top 20, pero el ranking no es determinante al rato de un partido”.

Miño participó en los Juegos Olímpicos Tokio 2020 y dice que eso le cambió su vida en el interior de su club, el TTC Schewalbe Bergneustadt, que participa en la Liga Alemana de Tenis de Mesa. “Antes de los Juegos Olímpicos, no era titular; pero ahora que pasaron los Juegos de Tokio y con el desenvolvimiento que he tenido en la Liga, me han dado la oportunidad de ser titular. He ganado muchos partidos y, la verdad, eso ha sido un impulso para tener el nivel de juego tan alto que tengo ahora y que me podría permitir entrar entre los 50 o 60 del mundo, para el próximo año”.

Publicidad

Miño señala que poco a poco va aprendiendo alemán y le ha tocado tomar varios cursos para aprender más de un idioma al que califica como “muy complicado”.

Para el mesotenista, lo más importante de jugar en la Liga Alemana es que le permite elevar el nivel técnico, porque le toca jugar ante rivales ubicados en el top 10 o top 20 del ranking mundial.

Al hacer una comparación entre el nivel de la Liga Francesa —en la que militó en sus inicios en Europa— y la Alemana, el ecuatoriano indica que la Bundesliga es más fuerte y más comercial por la calidad de jugadores y la inversión de la empresa privada. El ecuatoriano, junto con un paraguayo y un brasileño, son los únicos jugadores sudamericanos que militan en Alemania.

La próxima competencia del ecuatoriano será en Düsseldorf (Alemania) del 6 al 10 de diciembre, en el Word Tour Contender, y también seguirá actuando en la Bundesliga.

Publicidad

Miño acota que pertenecer al Plan de Alto Rendimiento del Ministerio del Deporte le ha servido para poder participar en los diferentes torneos internacionales, y que lo que falta es un entrenador nacional, una sala donde la selección se pueda concentrar. “Eso nos falta para tener una estructura dentro del tenis de mesa y poder sacar nuevos jugadores y que puedan ir a prepararse a otros lados”.

El tricolor acota que en Latinoamérica no hay la cultura deportiva, porque no se apoya al deportista de otras especialidades, y eso los obliga a migrar a Europa, porque en la región el fútbol es la prioridad.

Miño, segundo en el Latinoamericano del 2016, señala que siempre estará vinculado con el tenis de mesa, aunque jugando a nivel profesional será hasta cuando tenga 36, 37 o 38 años. “La madurez deportiva se alcanza a los 31 o 32 años. Podría decir que estos tres años que vienen serán más fuertes para mí”.

El mesoteinsta reconoce que el rival más fuerte que ha tenido es el cubano Jorge Campos, a quien derrotó para ganar su cupo a Tokio; mientras que tiene una revancha con el brasileño Calderano, porque este lo ha vencido en varios torneos y no ha podido avanzar, aunque la primera vez que se enfrentaron la victoria fue para el ecuatoriano.

El ecuatoriano, que ha ganado cuatro veces el Campeonato Sudamericano de Tenis de Mesa, estuvo en Tokio cuando su compatriota Richard Carapaz ganó la medalla de oro en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos. “Estuve allí y, la verdad, se me erizaba la piel de verlo en la televisión. Eso no lo habíamos visto hace muchísimo tiempo; y fueron tres medallas olímpicas, lo que nos provocó mucha alegría”.

El asesinato del atleta Álex Quiñónez también afectó al microtenista, quien dijo que cuando se enteró de la noticia le cayó como un balde de agua fría. “No me imaginé que algo así podría pasar, sobre todo con un deportista tan destacado. Es terrible que pasen estas cosas en Ecuador. Y me sorprendió enterarme de su asesinato”. (D)