Aunque Luis Rubiales, presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), pidió disculpas y admitió que se equivocó tras el revuelo generado por el beso en la boca que le dio a la jugadora Jenni Hermoso, durante la entrega de medallas tras ganar el título mundial en Sídney, los reproches contra el directivo llegan de todos lados, incluso de los más altos cargos del Gobierno de España.