Bien puede ser una réplica del trofeo pero la organización de la Copa Libertadores no lo va a reconocer así. El galardón que se entrega, año a año, al vencedor de la competencia está en algún sitio -seguro- de Guayaquil y formalmente será mostrado al público que el sábado se dé cita en el estadio Monumental para ver la final entre Flamengo y Athletico Paranaense. Mientras, una réplica se exhibe hasta este viernes en el museo de la Embajada del Hincha (en el Palacio de Cristal) y la copa real quizá sí fue llevada al estadio Monumental Banco Pichicha para una sesión de fotos que fue publicada el jueves a través de los canales sociales de la organización del torneo.
“El trofeo de la Conmebol Libertadores en el estadio Monumental de Guayaquil, la cancha de Barcelona SC”, señala un mensaje de la cuenta oficial de la Copa Libertadores.
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Tuvieron que pasar más de dos décadas (24 años) para que el trofeo de la Copa Libertadores de América sea traído de nuevo a Guayaquil, en el marco de una final del torneo continental.
Tanto tiempo ha transcurrido desde entonces que la basa de la copa luce más grande y llena de placas representativas de equipos que lograron conquistarla después de que lo hiciera Vasco da Gama en agosto de 1998, que enfrentó a Barcelona SC en la final de ese año, cuando el nombre comercial del torneo era Copa Toyota Libertadores (triunfo brasileño 2-0 en la ida y 1-2 en la vuelta).
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Hay que remontarse al año 1990 para establecer que fue la primera ocasión que el galardón del máximo torneo de clubes de la Confederación Sudamericana de Fútbol era traído a Ecuador, específicamente a la Perla del Pacífico. Barcelona SC y Olimpia dirimieron el título de esa edición disputando el partido de vuelta la noche del 10 de octubre en el feudo de los amarillos. La justa se resolvió con un en empate 1-1 que benefició al conjunto de Paraguay con marcador global por 1-3.
Para la final de 1998, el capitán Xavier Paulson, quien era el presidente de Barcelona SC, se responsabilizó de traer al país el trofeo de la Libertadores y se encargó de custodiarlo hasta las instalaciones del estadio Monumental.
Y sí, tuvieron que pasar más de 24 años para que la organización de la Copa Conmebol Libertadores muestre el trofeo en Guayaquil. Esto en el marco de la final única que van a disputar este sábado (15:00) los cuadros brasileños Flamengo y Athletico Paranaense.
El entonces director técnico del equipo amarillo, el argentino Rubén Darío Insúa, se negó a tocar la copa. Uno de sus dirigidos, en cambio, se atrevió a agarrarla, e incluso a reposarla en el césped del estadio torero durante una práctica previa al primer choque con Vasco da Gama. “El miércoles (12 de agosto), si la gano, la levanto y la beso; pero hasta el momento, no”, dijo Insúa a la prensa.
Fotos de la Copa Libertadores en lugares icónicos de Guayaquil
Para encender el ambiente futbolero, días atrás la organización de Conmebol Libertadores anunció que el trofeo ya llegó a Guayaquil y posteó algunas imágenes de la copa en sitios icónicos del centro.
El trofeo estuvo en el sector de La Perla, el Hemiciclo de la Rotonda, junto a la escultura de Juan Pueblo y en el ala sur del Malecón.
Desde el miércoles se exhibe en el museo La Gloria Eterna, dentro de la Embajada del Hincha, un espacio localizado en el Palacio de Cristal que organiza la Conmebol hasta la noche de este viernes.
(D)