En Inglaterra no se lo explican: ¿cómo un buen jugador —no un supertalento— como Moisés Caicedo cuesta 144,6 millones de dólares…? (esa es la cifra oficial que consigna el Chelsea). El pase más caro de la historia de Inglaterra es por un volante defensivo. Un robador de balones que en la temporada 2022-2023, la única que jugó completa en el Brighton, marcó 1 gol y dio 1 asistencia en 43 salidas al campo. Un futbolista que no se especializa en la creación, no ofrece cabezazo para el juego aéreo, no se destaca por su remate —por eso no le encargan las pelotas quietas—; tampoco es un gambeteador que quiebre líneas y genere desequilibrio. Que además nunca fue campeón. Sí aporta buen manejo y distribución en la primera línea del medio campo. Tampoco nadie entiende que el Arsenal haya pagado 127 millones por Declan Rice, un correcto mediocampista de corte, con menos manejo que Caicedo aunque con mayor liderazgo y recorrido, más vertical, y que registra 5 goles y 3 asistencias en su reciente curso en el West Ham United.