Acertada logística preparó Colombia para jugar en El Alto. Deberían copiarla otros: aguantó sin problemas los 102 minutos que duró el choque con Bolivia. Le sobró. Tanto que dominó a voluntad los últimos 52 min que se extendió el segundo tiempo sin perder intensidad. De modo que por el lado del oxígeno no hay que buscar los vericuetos de la derrota. Correr, corrían. Situaciones de gol tuvo de sobra (6); desde ese ángulo tampoco. El problema fue una falla múltiple en defensa entre Ditta, Borja, Lucumí y Castaño. Una secuencia de cuatro errores defensivos juntos puede/debe costar una derrota. Pasó. El fútbol tiene algo inexorable: cuando se falla en las dos áreas, perder es un hecho.