Lo dijimos: los sudamericanos están enfrentando de igual a igual a los europeos. No sabemos si porque los nuestros levantaron o porque aquellos están jugando como de postemporada. Nos emocionó el triunfo del Botafogo sobre el Paris Saint Germain. Primer triunfo del campeón de la Libertadores sobre el titular de la Champions desde 2012 (Corinthians había superado por 1-0 al Chelsea). Planteó bien el ajedrez táctico el portugués Renato Paiva, DT del once carioca. Y después del gol de Igor Jesús lo aguantó, pero lo aguantó con honor, con una actitud impresionante, disputando cada pelota como si ahí se terminara el mundo. Cuando se pone tanto fervor es difícil perder. Y el fervor no cuesta un dólar. La diferencia en el valor de los planteles es abismal: 163,2 millones de euros el brasileño, 1.006 M€ el francés. No se notó. “Triunfo sensacional”, fue el título casi calcado en los diarios brasileños. Así fue, ni un punto menos.
- Tunda. Flamengo nos dio otra satisfacción al vencer por 3 a 1 al Chelsea. Pasó por encima del club londinense. Le dio un baño de juego, de movilidad, de anticipo, de técnica. En este caso, asombró la superioridad rubronegra. Y vale agregar los empates de Fluminense con el Borussia Dortmund (0-0) y de Boca con Benfica (2-2), en los cuales los sudamericanos dejaron una imagen más robusta que sus rivales del Viejo Mundo. Como en el caso de Botafogo y el PSG, existe una diferencia enorme de presupuesto entre Chelsea y Flamengo, aunque en el juego y en el resultado pareció al revés. Flamengo hizo ver muy mal al Chelsea. Y en las tribunas la victoria por 100 a 1.
- Inimaginable. Si antes de empezar el Mundial algún pitoniso pintaba este cuadro, nadie le habría creído. ¿Esto evidencia un mayor equilibrio de fuerzas entre Europa y Sudamérica…? Y la pregunta del millón de dólares: ¿alcanzará para ser campeones…? En ese caso, el periodismo europeo le quitaría validez, lo disminuiría. Por no jugarse en su continente y por el calendario, que es tras disputarse las temporadas europeas. “Llegaron extenuados”, dirán.
- Fiesta. La derrota de Boca cortó el invicto de nueve partidos que mantenía el fútbol sudamericano en esta primera edición del Mundial de Clubes ampliado. Cayó ante un Bayern Munich muy fuerte, animado, distinto en entusiasmo a los demás europeos. No obstante, fue un 2-1 un tanto mentiroso: pudo ganar por más margen el coloso alemán. Pero se dio en un marco que jamás había visto el fútbol mundial: la demostración de la hinchada de Boca, por número y por el conmovedor aliento durante más de dos horas sin parar un instante, algo que en la Bombonera es normal, pero a nivel internacional se desconoce. “Nunca en mi carrera había jugado en un ambiente así”, reconoció Harry Kane, autor del primer gol. Ahí ganó Boca mil a cero. Y se llevó el respeto del mundo.
- Bombonera. “Boca ya salió campeón”, tituló su columna Denís Iglesias, enviado especial del diario Sport, de Barcelona, al torneo de la FIFA. Y lo explicó: “El equipo argentino se quedó sin prácticamente posibilidades de avanzar a octavos tras perder contra Bayern, pero su hinchada ha arrastrado a todos los neutrales a un estado de animación único en el Mundial de Clubes… Me he enamorado de la pequeña Bombonera que se ha montado en Florida. Pocas veces he sentido un amor a primera vista así”.
- Fichajes. Pero, como dijo el inefable Jock Stein, “nunca vi a un hincha meter un gol”. En el rectángulo fue muy diferente de las gradas. Una aclaración: el Bayern, lo sabemos, tiene billetera gruesa, y esa es una indiscutible ventaja; no obstante, no es que Boca sea un indigente, tiene 350.000 socios que pagan 27 dólares mensuales y cantidades de otros ingresos. Embolsa fortunas y gasta fortunas. Fichó a Alan Velasco en 10 millones de dólares, al indefendible chileno Carlos Palacios en cinco, tiene un plantel carísimo y amplio, pero no de calidad. Comprar bien sigue y seguirá siendo la base del éxito en el fútbol, por los siglos de los siglos.
- Pertenecer. Lo bueno de este Mundial para Sudamérica es sentirse parte del primer mundo futbolístico, volver a sentir el protagonismo de los años 50, 60 y 70, cuando se compartía con Europa el liderazgo universal a nivel de clubes y selecciones. Y que haya seis representantes continentales (si en 2029 se realiza en Brasil, que lo ha pedido, podrían ser 7, uno como anfitrión). Este mundial realza aún más la importancia de la Copa Libertadores, pues los campeones del cuatrienio 2025-2028 y los dos primeros del ranking de Conmebol clasificarán a la siguiente edición. Sería bueno que se animen los demás, no solo los de Brasil y Argentina.
- Hipocresía. Ante las críticas surgidas en Europa a la FIFA y específicamente a Gianni Infantino por la realización de este torneo, la matriz del fútbol respondió con una realidad: “Hay mucha hipocresía. Si no vinieran a este mundial, igual saldrían de gira al Asia o a Estados Unidos a jugar amistosos, haciendo largos viajes para generarse ingresos”. Cierto. Pero, además, el Mundial es cada cuatro años e intervienen solo doce clubes europeos de siete países, no todos. Tiene una interferencia mínima con las ligas nacionales.
- Ácido. En la misma línea de gran parte del periodismo europeo y de la FIFpro (Federación Internacional de Futbolistas Profesionales), el titular de la Liga Española, Javier Tebas (ejecutivo rentado que no pertenece a ningún club), lanzó duras críticas contra el torneo organizado: “Mi objetivo es eliminarlo, que no haya más Mundial de Clubes”, presumió, como si tuviera algún poder para ello. Argumentó que el ecosistema del fútbol no puede absorber más torneos sin comprometer su sustentabilidad: “No hace falta otra competición más. No hay más dinero en el mundo de los derechos audiovisuales”. Y echó más sal: “Ayer vi un poco del Chelsea y me pareció un amistoso de verano; no noté intensidad en los 25 minutos que vi del encuentro”.
- Respuesta. En lo que pareció una respuesta a Tebas, Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, se mostró decididamente feliz con la nueva criatura: “Quiero agradecer a la FIFA y a DAZN la posibilidad que nos dan a todos los aficionados de que los mejores clubes del mundo puedan jugar una competición tan bonita como esta. El primer Mundial de Clubes, que, estoy seguro, será un éxito. Con esa ilusión venimos todos”. Y mostrándose muy alineado con la FIFA, agregó: “Por fin hemos conseguido algo por lo que veníamos luchando tanto tiempo. El deporte más global del mundo es el fútbol. Que la tecnología nos haya ayudado a jugar esta competición y que además sea gratis quiere decir que los niños de todo el mundo pueden ver al Real Madrid”. Se refería a la apuesta de DAZN, plataforma británica de transmisión digital que compró los derechos y los ofrece gratis a todo el mundo. Solo hay que ingresar en dazn.com con la computadora, el teléfono o la tableta y ver los encuentros libremente.
- Realidad. Ningún futbolista morirá por jugar cuatro o cinco partidos más cada cuatro años. Lo de “poner en riesgo la salud de los atletas” es una exageración, más bien un disparate. Solo un grupo de treinta alcanzará la final y habrá jugado siete cotejos. Y están felices de poder hacerlo, de sumar más gloria a su currículum. En el caso del campeón, embolsará 125 millones de dólares. Al Madrid, si se corona, le habrá salido gratis el mercado de pases. (O)