La vida es dura, pero enseña; la Eliminatoria es similar. Hoy le haces seis goles a Colombia y mañana te gana Perú, que viene de ser goleado por Colombia. Sacando Brasil, que es un transatlántico, los demás están en una lavadora, el tambor los centrifuga, los mezcla y pasa cualquier cosa. Es un trozo sustancial del encanto de esta competición feroz en la que nadie está dispuesto a ceder un milímetro ni exento de perder o ganar. Cada punto y cada gol se cotizan a peso oro.