El continente futbolero saludó con respeto y cierta admiración el pase anticipado de Ecuador al Mundial 2026. Sobre todo, porque arrancó la carrera con 3 puntos menos que los otros. Porque esta nueva clasificación enfatiza el progreso insoslayable de su fútbol. Y porque irá a su quinto Mundial. Pero se le ponderan los resultados conseguidos, sus soberbios defensores, su colosal biotipo físico, no su juego. Defiende bien, no juega bien. Este deporte tiene dos facetas claras: defender y atacar. En la primera es el mejor de la Eliminatoria, en la segunda es uno de los peores junto a Perú y Chile, justamente los dos que ya están fuera de competencia. Esto es lo que ensombrece sus perspectivas de cara al Mundial. Sin variantes ofensivas y, sobre todo, sin gol, es difícil alcanzar el éxito. El periodismo ecuatoriano se pregunta una y otra vez “¿por qué no podemos coronar en un torneo…?”. Por eso.

Una selección que recibe solo 5 goles en 16 partidos tiene que ser forzosamente sólida. Sin embargo, tiene dos rostros: por un lado, no recibió goles en 11 de sus 16 cotejos, pero tampoco convirtió en 9 de ellos. Esto es lo que impide llamar “Generación Dorada” a un conjunto que se queda por la mitad: grandísimos defensas y pobrísimos atacantes, a excepción de Enner Valencia, el Llanero Solitario, no debidamente valorado, aunque él solo ha constituido “la delantera” de Ecuador en los últimos doce años.

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El técnico español Sánchez Bas fue apartado del cargo porque la Tricolor jugaba feo y el público no lo soportaba más. Su sustituto Beccacece se arroja flores a sí mismo y se adjudica no solo el pase al Mundial, sino jugar un gran fútbol. Que nadie ve. Pero además los números no lo respaldan. En los seis partidos dirigidos por Sánchez Bas al comienzo de la Eliminatoria, Ecuador ganó 3, empató 2 y perdió 1, logrando el 61,1% de rendimiento. En tanto en los 10 encuentros con el DT argentino obtuvo 4 triunfos, 5 empates y 1 derrota, o sea el 56,6%. Menos eficacia y el mismo andar inarmónico, con nula articulación de juego en tres cuartos de cancha y mínimo poder de fuego en ataque. Y la defensa no es obra ni de Sánchez Bas ni de Beccacece, es producto de las extraordinarias individualidades que representan Willian Pacho, Piero Hincapié, Félix Torres, Pervis Estupiñán y Joel Ordóñez. Si jugaran sin entrenador serían fenomenales igual. Nadie “armó” la defensa, se armó sola por la calidad de sus miembros y la solidaridad con que actúan.

Ya las voces -periodistas, técnicos, exjugadores- comienzan a mostrar disconformismo con el andar del equipo desde el mediocampo hacia adelante, con las convocatorias de Beccacece y, sobre todo, se sienten burlados por sus declaraciones, en las que elogia con desmesura actuaciones aburridas, mediocres. Diez jornadas después no se advierte ningún cambio de esquema en relación con la etapa de Sánchez Bas. Frente a Perú fue lo mismo que con Brasil: atrás no hubo problemas, la defensa aguanta todo. Adelante, ninguna situación de gol. No tiene suerte la Federación con los técnicos que elige. Ahora hay un año justo para buscar variantes ofensivas o alguna aparición que le inyecte ingenio y gol. ¿Con Beccacece…? ¿Es el técnico adecuado para hacer un papel importante…? Se lo pregunta todo Ecuador.

  • Bomba. La que explotó en Chile tras consumarse su tercera eliminación consecutiva de un Mundial. Le había pasado en 1986, 1990 y 1994, aunque de este último fue excluido por la sanción del célebre caso de la bengala del arquero Rojas. Con un agregado: eran torneos de 24 equipos y entraban 4 sudamericanos. Ahora son 48 y pueden llegar 7. Y ni así. Lo del fútbol chileno es pavoroso a nivel de clubes y de selecciones. “Es el mayor desastre de la historia del fútbol chileno”, dice Danilo Díaz, excelente colega de radio ADN. “Se hizo todo mal desde todos lados”, sentencia Juan Cristóbal Guarello, el periodista deportivo más seguido del país. “Desde la dirigencia, desde la banca y desde la cancha también, porque los jugadores poco aportaron“, agrega. “Chile queda eliminado de una manera penosa, sin un atisbo de gloria y con una cantidad infinita de preguntas y de problemas para solucionar de ahora en adelante”. Y cierra con un palo colosal al entrenador: “Gareca no trabajaba, no miraba los partidos, no se informaba. Tenía como doce personas trabajando con él. Es el séptimo entrenador a nivel mundial mejor pagado”. El Tigre cobraba 3′700.000 dólares al año.
  • Evolución. En los dos primeros compromisos dirigidos por Carlo Ancelotti logró 4 puntos, no recibió goles, se mostró más sólido, más combativo y clasificó a su 23.ª Copa del Mundo. “A pesar de todos los errores de la CBF tras el Mundial de Qatar, no creo que nadie dudara de que Brasil estaría presente en el evento más importante del fútbol, especialmente ahora que siete equipos sudamericanos podían clasificar. Ni siquiera Ednaldo Rodrigues podría haber logrado semejante hazaña. Y no lo hizo”, escribió Chico Lins en Globoesporte. Ednaldo es el destituido presidente de la CBF, cuya gestión, según la prensa brasileña, fue calamitosa. No fue “el” partido de la Canarinha, sin brillo, apenas con orden y lucha, pero logó vencer a quien parecía invencible: Paraguay. Ahora Carletto tiene un año para preparar un equipo que vaya al Mundial con posibilidades reales de ganarlo. No es mucho, viene una larga inactividad. “Es innegable que la presencia de Ancelotti al frente de la selección supuso un rescate de la jerarquía del puesto”, cierra Lins. Brasil despertó. De todos modos, aún está con sueño.
  • Nombres. Antes de irse, la Eliminatoria nos deja dos nombres que sonarán fuerte en el futuro cercano. Uno, Thiago Almada, quien se ganó un lugar en la selección argentina, donde es difícilísimo meterse. Lo hizo a fuerza de goles, asistencias y jugadas de clase. Un 10 que, sin dudas, será el sucesor de Messi tras el próximo Mundial. Revelación del fútbol argentino con Vélez, estrella del Atlanta United, campeón brasileño y de América con Botafogo siendo elegido mejor jugador de la Copa. Ahora es el conductor del Olympique de Lyon. Ha sido objeto de una cadena de transferencias millonarias. Mide 1,69 y pesa 67 kilos, pero tiene talento en cada partícula de su cuerpo. Le hizo un gol sensacional a Uruguay en el Centenario (1-0) y le empató a Colombia cuando Argentina estaba con diez. El otro es Miguel Terceros, boliviano, 21 años, zurdo, muy hábil, de certero remate. Juega en el América Mineiro, aunque es del Santos. Mucho manejo, en pocos partidos ya está entre los goleadores de arriba. Le hizo un gol inolvidable a Colombia. Nadie puede hacer ese gol si no es crack. En los cuatro triunfos y el empate de Bolivia ante Paraguay fue decisivo con sus goles.
  • Séptimo. Los seis cupos directos están definidos: Argentina, Brasil, Ecuador ya confirmados y Uruguay, Paraguay y Colombia a quienes resta un formalismo. Quedó un solo lugar libre: el del repechaje. Venezuela le lleva a Bolivia un punto (18 a 17) y 12 goles de ventaja. La Vinotinto, que no está jugando bien, podría perder sus dos últimos compromisos (Argentina en Buenos Aires y Colombia en casa), pero aún así Bolivia debería obligatoriamente ganar un duelo, tiene a Colombia en Barranquilla y a Brasil en El Alto. Muy difícil. ¿Será la primera vez en la historia que Venezuela llegue a un Mundial…? (O)