Ni el árbitro Augusto Aragón ni la LigaPro entendieron que el juego entre Emelec e Independiente del Valle, el domingo, era la final del campeonato nacional y no un partido más. El señor Aragón le faltó el respeto a todo el mundo porque nadie pudo disfrutar de un encuentro que parecía de waterpolo y no de fútbol. No mereció el balompié ecuatoriano tener una final anormal.

El reglamento de la LigaPro faculta al juez a establecer si existen circunstancias idóneas para jugar un partido o a suspenderlo si no hay garantías para su normal desarrollo. La noche del domingo se debió postergar el duelo por la cantidad de agua que había en la cancha del Capwell. No entiendo cómo se le ocurrió a Aragón chequear el estado del campo recién tras el primer tiempo con los rebotes del balón, como manda el reglamento. Eso debió hacerlo antes de iniciar para garantizar el espectáculo y no pasar un bochorno. Es para reírse lo que hizo.

Pero la responsabilidad de jugar o no en un campo inundado no solo era de Aragón, también de la LigaPro. Como organizadora debió tener más influencia a la hora de decir si el partido se jugaba o se suspendía. David Constante, de la Dirección de Competiciones de la LigaPro, dio una explicación infantil sobre el estado del terreno. Dijo que desde arriba, de las gradas, se veía en buen estado, cuando abajo era otra la situación. La gente de LigaPro debió bajar para que viera de cerca las lagunas. Es una barbaridad ese comentario. A nivel internacional quedamos mal. Leí en la prensa de Colombia que en tono burlón se preguntaban cómo se pudo jugar una final en una cancha en tan malas condiciones por la cantidad de agua.

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Pienso que Miguel Ángel Loor, presidente de la LigaPro, como organizador no tuvo la jerarquía para hablar con Aragón y llegar a un acuerdo. Debió exponer los argumentos que estaban a la vista para suspender el partido. Hablé con Michel Deller y me dijo que él no estaba de acuerdo con jugar porque no existían garantías. De Emelec no tengo una versión. Exárbitros y directivos me han dicho que se puso en riesgo la integridad física de los futbolistas. (O)