Las alarmas se encendieron el martes la mañana en la ciudad que entre marzo, abril y mayo pasados soportó los tiempos más duros y mortales causados por la pandemia del COVID-19 en Ecuador. A los siete jugadores del Flamengo reportados desde el domingo con coronavirus se sumaron el médico y un dirigente del cuadro carioca (este jueves la lista aumentó a nueve casos positivos).

Se incrementó la preocupación entre las autoridades sanitarias locales, hecha pública desde el lunes pasado a través del director de Gestión de Riesgos de Guayaquil y miembro del COE cantonal, Allan Hacay, porque el actual campeón de la Copa Libertadores, concentrado en un hotel del norte de la urbe, debía medir a Barcelona por la Copa Libertadores.

Antes del mediodía del miércoles empezó la emisión de comunicados de uno y otro sector respecto al partido. A las 11:17 se anunció que “en coordinación con la Federación Ecuatoriana de Fútbol, el Municipio de Guayaquil asistirá al hotel donde están hospedados los jugadores de fútbol afectados con COVID-19 para llevar brigadas médicas y atenderlos”. Pero, “además, se levantará una resolución del COE cantonal donde se inhabilitará el estadio Monumental, para partidos nacionales y extranjeros, hasta segunda orden”.

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Es decir, ante una situación de alto riesgo y para tratar de impedir más contagios –y al no tener competencia para suspender un juego que Conmebol no tenía la intención de aplazar–, el municipio de Guayaquil y el COE cantonal resolvieron inhabilitar el escenario de Barcelona. No habría partido.

Carlos Salvador Fernández, miembro del COE, dio a conocer la resolución en una rueda de prensa fuera del hotel de concentración del Flamengo, al norte de la ciudad. Leyó Salvador un documento firmado por Cynthia Viteri Jiménez, como alcaldesa de Guayaquil y presidenta del COE cantonal; y Allan Hacay Chang, como director de Gestión de Riesgos y secretario del COE cantonal.

“Se inhabilita temporalmente el estadio Monumental Banco Pichincha, conocido también como Estadio de Barcelona, para encuentros deportivos de cualquier índole, ya sea con público o sin este, hasta segunda orden”, se oficializó.

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A las 13:49 llegó la primera señal de que se daba marcha atrás, que sí habría partido, que con el escenario no pasaba nada. “El estadio Monumental no está inhabilitado. Estamos a la espera del pronunciamiento del ministro de Salud, en función de establecer si se da o no el partido de hoy. Seguiremos el protocolo que el ministerio señale”, publicó en su Twitter Cynthia Viteri.

EL ESTADIO MONUMENTAL NO ESTÁ INHABILITADO.

Luego circuló otro documento con las resoluciones del COE cantonal, corregido: “Se encuentra habilitado” el inmueble torero. Los firmantes eran los mismos (Viteri y Hacay) que, del original, leído por un funcionario del COE.

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Al final, pocas horas antes del compromiso Barcelona aclaraba que sí jugaría en su estadio y refutaba “las varias versiones que han circulado” en sentido contrario - ¿no vieron, leyeron, u oyeron el contenido del comunicado firmado por la más alta autoridad municipal y del COE cantonal? -. Es más, en el boletín amarillo se aseveraba que el estadio “nunca fue inhabilitado por ningún organismo”. Y en el remate agradecía al Municipio de Guayaquil (difusor de "las varias versiones” a las que alude la institución canaria). (D)