Barcelona será siempre tema de debate. Al culebrón de la alineación indebida de Sebastián Pérez, en el juego de ida ante Defensor, de Uruguay, sin verificar si estaba habilitado y la pérdida de puntos en ese partido, la autoinculpación del presidente de la FEF como coartada para reclamar la revisión de la decisión de Conmebol, la reversa que dio Francisco Egas ante la amenaza canaria de plantear judicialmente una indemnización, la sindicación de Conmebol de que el equipo guayaquileño no usó el recurso de la “inscripción provisional” y la indolencia con que la directiva tomó la diligencia de registro y habilitación del colombiano –pese a la premura del plazo–, se agrega ahora la decisión del técnico Guillermo Almada de no utilizar a Leonardo Campana, el goleador del Sudamericano Juvenil, porque le faltan tres kilos de peso.